El tribunal popular que ha juzgado a Rodrigo Lanza en la Audiencia Provincial de Zaragoza ha declarado al acusado culpable de un delito de lesiones con imprudencia y resultado de muerte, que costó la vida al zaragozano Víctor Laínez en diciembre de 2017.
El jurado popular ha dado por probado el móvil ideológico en el llamado 'caso tirantes' -el okupa antisistema acabó con la vida Laínez que llevaba puestos unos tirantes con la bandera de España-, pero no creen que haya indicios sólidos que apunten a que pretendía acabar con su vida.
Laínez murió en el hospital el pasado 12 de diciembre de 2017. La autopsia reveló que la muerte de Laínez se debió a varios golpes en la cabeza con un objeto contundente.
Por su parte, Lanza alegó defensa propia y aseguró al tribunal que fue insultado por el falangista Laínez, un veterano y filofascista, y que se quiso defender pero no causarle los daños que finalmente le provocó.
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El chileno nacionalizado español estuvo en la cárcel previamente por dejar tetrapléjico a un policía durante un desalojo de okupas en un edificio en 2006. Aunque se ha querido vender como que es un asesino y un violento reincidente, hay quien defiende que su caso fue un ejemplo de mala suerte porque él soltó una maceta y el agente herido no llevaba casco, como el resto de policías en aquel momento. Cumplió parcialmente su condena de 9 años: estuvo 7
- La versión de los hechos de la familia de Rodrigo Lanza, acusado de matar a Víctor Laínez