El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha descargado en el resto de formaciones políticas la responsabilidad del bloqueo político que provocará las cuartas elecciones generales en cuatro años e incluso ha 'regañado' a los votantes pidiendo que "lo digan aún más claro" el próximo 10 de noviembre como si algo hicieran mal el 28-A con una participación cercana al 72%.
Lejos de asumir algún porcentaje de culpa por llevar al país a una repetición electoral, en la rueda de prensa ofrecida para explicar el fracaso de las negociaciones fue muy explícito al contestar a dos preguntas concretas de un periodista: ¿se plantea pedir perdón a la ciudadanía o dimitir si tras los nuevos comicios tampoco consigue ser investido presidente del Gobierno?
"Yo soy el representante de la fuerza más votada", se limitó a constatar Sánchez dejando a continuación un desafiante silencio.
Sánchez tira la toalla y tras la ronda de entrevistas con el Rey, nos vamos a elecciones en noviembre