Este domingo, el periódico 'ABC' publicaba que la jefa de Gabinete del entonces mano derecha del presidente del Gobierno, Óscar López, envió en marzo al líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, información confidencial sobre el novio de la presidenta madrileña, Alberto González Amador, que está siendo investigado por el Tribunal Supremo, para que lo utilizara contra Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid.
Sin embargo, Lobato se negó a utilizarla y este noviembre acudió sin comunicárselo a nadie de su partido a una notaría para registrar los mensajes de WhatsApp que había intercambiado con Pilar Sánchez Acera sobre la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Una actuación que ha tenido 2 consecuencias por ahora: en primer lugar, que el juez que lleva el caso en el Supremo, Ángel Hurtado, ha citado al presidente del PSM para que declare este viernes a las 10:00 horas. Y, en segundo lugar, que el PSOE le ha acusado de "romper la confianza en el partido".
Un alto cargo define como un "disparate" y como "gravísimo" haber registrado ante notario la conversación con Acera.
Una "deslealtad al Gobierno y al partido", dice otra fuente socialista, que considera que Lobato ha arrastrado a todo el partido con un movimiento que, según dice, es difícil de entender.
Crisis interna en pleno Congreso del partido
Tanto es así, que hay dirigentes del PSOE que en privado aseguran que Lobato no está en condiciones de a encabezar la delegación del PSOE madrileño este fin de semana en Sevilla: "Hay un clamor de indignación interna", aseguran.
Él se ha defendido diciendo que la información que le llegó sobre el email dónde González Amador reconocía haber cometido presuntos delitos fiscales, ya se había publicado en medios.
Por tanto, el líder de los socialistas madrileños se ha negado a dimitir en una rueda de prensa este mismo martes y ha declarado sentirse "víctima de un linchamiento por parte de pesos pesados del partido".
Desde Ferraz han explicado que desconocían el contenido de la declaración de Lobato y se han mostrado "totalmente en contra de meterse en una guerra interna a 3 días del Congreso General del PSOE".
La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto, le ha exigido que dé explicaciones "lo antes posible" y que convoque un Comité Ejecutivo regional extraordinario.
Además, repiten varias fuentes que no entienden por qué acudió a un notario, aunque algunos consultados sí asumen que su movimiento tiene que ver que con el pulso que Lobato mantiene desde hace meses con la dirección federal para conservar el liderazgo del PSOE de Madrid.
Creen que podría ser un intento de blindarse y empoderarse frente al candidato que impulse Ferraz. El último nombre que ha trascendido como posible rival de Lobato es precisamente el del actual ministro Óscar López.
Fuentes de la dirección federal del PSOE aseguran que ellos no quieren mover ficha para evitar que se repita lo sucedido hace 9 años, cuando Ferraz destituyó a Tomás Gómez y creó una gestora.
Dejan cualquier maniobra de presión en manos del Partido Socialista en Madrid, y una parte de este empieza a revolverse contra Lobato.
Por su parte, Santos Cerdán, número 3 del partido, ha anunciado que "si ha anunciado linchamientos tendrá que decir de parte de quién".
A su vez, ha declarado que es lógico que Lobato vaya al Congreso de este fin de semana en Sevilla y que como dirección "no van a entrar en la polémica".
Félix Bolaños, ministro de Presidencia, también se ha pronunciado al respecto y ha pedido "calma para que los procedimientos judiciales avancen". Y ha añadido: "Se demostrará que no hay nada".