El ex teniente coronel Antonio Tejero, condenado por el golpe de Estado del 23-F, revolucionó a los congregados en el cementerio de Mingorrubio que esperaban la llegada del féretro de Francisco Franco para su inhumación.
Su hijo, el sacerdote Ramón Tejero, será encargado de oficiar junto al prior de la abadía del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, un responso por los restos del dictador.
"A sus órdenes, mi coronel" o "Tejero, grande de España", fueron algunas de las consignas de los cerca de dos centenares de nostálgicos del régimen que se congregaron allí. También se vivieron momentos de tensión entre algunos franquistas de avanzada edad que se enfrentaron a los cámaras de televisión que trataban de captar la imagen del golpista.
Asimismo, Tejero logró pasar el cerco policial que hasta ese momento sólo dejaba pasar a personas acreditadas como personal de prensa.