El Tribunal Supremo ha imputado al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de secretos.
Otro terremoto político que pone al Ejecutivo contra las cuerdas, pero de momento mantiene el apoyo total a García Ortiz.
Pese a la imputación, el fiscal general no ha dimitido y seguirá en su cargo. Algo que el Gobierno ha defendido a capa y espada en el Congreso frente a las críticas de la oposición, que exigen que dimita.
Ha informado que ha convocado a la junta de Fiscales de Sala para comunicarles su decisión de seguir porque, según su criterio, "es lo menos lesivo y lo menos gravoso para la institución".
El ministro de Justicia y de la Presidencia, Félix Bolaños, ha comparecido ante los medios para mostrar el "total respaldo" del Gobierno a García Ortiz y a su decisión de no dimitir tras la imputación.
"¿Qué hizo la Fiscalía? Cumplir con su deber, perseguir el delito y proteger la verdad. El delincuente confeso hizo lo contrario. ¿Puede ser delito en este país contar la verdad?", ha defendido Bolaños.
Así se ha referido a las filtraciones que se están investigando, pues ha señalado que se produjeron desde el entorno del novio de Isabel Díaz Ayuso (imputado en una causa por fraude). Ha enfatizado que fue la defensa quien difundió la información de que Hacienda le ofrecía un trato para no entrar en prisión cuando fue él quien pidió dicho trato y reconoció los delitos.
Ha mostrado el respeto del Gobierno por el auto del Tribunal Supremo y su confianza en la Justicia, pues ha vaticinado que "este asunto quedará en nada".
Pleno bronco y tenso en el Congreso
Hoy tiene lugar la sesión de control al Gobierno en el Congreso y la imputación de García Ortiz ha acaparado las críticas.
Pero también las últimas informaciones sobre el 'caso Koldo' .
El PP y Vox han sido de los más críticos con este asunto y han exigido la dimisión del fiscal además de acusar al Gobierno de ser corrupto.
Sumar ha criticado la estrategia del PP y ha pedido respeto por las instituciones, pero ha insistido junto a Podemos, PNV o Bildu en centrarse en problemas que afectan más como el de la vivienda, entre otros.
Por su parte, Gabriel Rufián (ERC) ha remarcado que no tolerarán "ningún atisbo de corrupción", pero tampoco participarán en "campañas de la ultraderecha".
Mientras, el PSOE defiende al fiscal y carga contra el PP por su estrategia y no le considera el más indicado para hablar de corrupción.
El ambiente político sigue tenso, bronco y lleno de reproches entre todos los bloques. La imputación supone otro golpe a Pedro Sánchez, que se enfrenta a la causa de su mujer, Begoña Gómez, junto con el 'caso Koldo', que salpica al ex ministro Luis Ábalos e incluso los informes de la UCO le han mencionado a él.
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