El dictador
Francisco Franco recibió el Pazo de Meirás a modo de 'regalo' de las autoridades coruñesas en 1939, cuando concluyó la Guerra Civil española, y lo convirtió en su residencia de veraneo. En el año 2008, fue declarado Bien de Interés Cultural de forma que debía abrir sus puertas al público, al menos 4 días al mes, una obligación que fue rechazada por la familia Franco.
Aunque recurrieron a la Justicia en varias ocasiones para tratar de impedir su apertura al público, el Supremo confirmó en 2010 esta clasificación de Bien de Interés Cultural, por lo que en 2011 sus puertas se abrieron por primera vez. El Ayuntamiento de Sada, localidad en la que encuentra el Pazo, declaró a la familia Franco como 'non grata' el pasado mes de agosto, en plena polémica por el incumplimiento del régimen de visitas. A principios de septiembre de 2017, la Xunta multó a la familia Franco por incumplir el régimen de visitas.
La expropiación del inmueble a la familia del dictador ha sido una reclamación tanto de las asociaciones y organizaciones en defensa de la Memoria Histórica, como de PSOE, Unidos Podemos o el BNG. Debido a las peticiones por devolver el pazo al patrimonio público, la Xunta creó una comisión para estudiar si "hubo vicios ocultos" en la donación del inmueble a Franco.
Según la información avanzada por '
OkDiario', con la muerte de la hija del dictador, la familia habría perdido todos los lazos que le vinculaban con el Pazo de Meirás por lo que habrían optado por ponerlo a la venta por una cifra que ronda los 8 millones de euros.