Diego Rubio, hasta ahora secretario general de Política Públicas se ha convertido en la nueva mano derecha del presidente Pedro Sánchez después de la salida de Óscar López de la Dirección de su Gabinete para asumir la cartera de Transformación Digital.
El joven cacereño de 37 años puede presumir de una encomiable labor en los últimos años y de un brillante expediente para su escasa edad: Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona en 2011, el extremeño consiguió el mejor expediente académico de toda su promoción, un logro que le valió para obtener el Premio Nacional de Excelencia Académica del Ministerio de Educación.
También cuenta con una intensa formación internacional en prestigiosas universidades como Paris-Sorbonne, donde completó un año de su grado en Historia; la Escuela Normal Superior de Lyon, en la que obtuvo un máster y una distinción académica; y en la Universidad de Oxford, donde se doctoró en Filosofía.
Paralelamente al doctorado en el centro británico, Rubio fue seleccionado como becario invitado en la Universidad Columbia de Nueva York y trabajó como asesor para empresas y organismos internacionales, como las Naciones Unidas, la Comisión Europea, el Foro Económico Mundial y la Secretaria General Iberoamericana.
A todo ello, que no es poco, se suma la dirección de un proyecto que, aunque parece haberse quedado a medias, tenía bastante interés y fue celebrado por la audiencia. En 2019, Rubio preestrenó en la XXV Cumbre del Clima de Naciones Unidas 'Una historia del futuro', producida por History Channel.
Se trata de un documental dividido en pequeñas píldoras de casi 4 minutos de duración en las que el nuevo director de Gabinete de Sánchez bucea en la historia tanto para explicar la fotografía del presente como para augurar el futuro de los grandes fenómenos que afectan al mundo.
En ellos aborda temas como la inmigración, la democracia, el cambio climático o el desarrollo tecnológico. Sobre la primera, comienza diciendo que "la historia de la humanidad es la historia de una larga migración" y que "desde el principio de los tiempos los seres humanos se han movido de un lugar a otro en busca de mejores oportunidades".
Expone a través de un gráfico la evolución paralela que en los últimos 60 años han tenido tanto la llegada de migrantes a Europa como la proliferación de partidos políticos que los rechazan, un asunto de pura actualidad. A partir de esto, explica cómo la Unión Europea ha construido en los últimos años más de 1.000 kilómetros de muros fronterizos y se pregunta qué ha motivado esta "fiebre aislacionista".
"El miedo. Pero no a los ejércitos, sino a la gente pobre y diferente. Los nuevos muros están diseñados para evitar que las personas procedentes de países pobres entren sin permiso a los países más ricos", defiende en el documental, que cierra con una opinión clara. "En muchos casos aspiran además a algo mayor: frenar el flujo de ideas y aislar las identidades nacionales de influencias externas".
"¿Seguro que la democracia nació en Grecia?"
En otros vídeos da su opinión sobre ideas asentadas en la sociedad y cuestiona afirmaciones históricas. Por ejemplo, la de que la democracia nació en Atenas.
Rubio afirma que el sistema que Pericles y sus contemporáneos pusieron en marcha en el siglo V a. C. "se parecía mucho más a una oligarquía que a una asamblea popular".
"En la vieja Atenas sólo podían votar los ciudadanos varones que tenían tierras, es decir, el 10% de la población. Las mujeres, ciudadanos no propietarios y esclavos estaban excluidos de la participación política", asevera.
De esta manera, asegura que la primera democracia moderna no fue la de Estados Unidos ni la de Inglaterra, sino la de Córcega.
"El pueblo corso se levantó en armas en el siglo XVIII contra los genoveses, los expulsó de la isla y en 1755 proclamó el nacimiento de la primera República Independiente de Córcega", en la que "cualquier hombre o mujer mayor de 25 años podía concurrir a las elecciones y votar", cuenta.
En otras piezas documentales, Diego Rubio analiza el papel que tuvo el cambio climático en el desencadenamiento de la primera árabe en Egipto a consecuencia de las altas temperaturas y el número de incendios registrados en 2010 en Rusia, que se vio obligada a paralizar sus exportaciones de trigo y terminó por hartar al pueblo egipcio al multiplicarse el precio del pan.
Asimismo, aborda el desarrollo tecnológico lanzando la eterna pregunta de si los robots dejarán a los humanos sin trabajo. A través de los datos y didácticos ejemplos, rechaza esta idea.
Habla por ejemplo de las protestas que en 1967 protagonizaron los trabajadores de la banca en el Reino Unido tras la inauguración del primer cajero automático del mundo.
Los empleados creían que la máquina acabaría por hacer desaparecer su oficio, pero esta permitió ahorrar costes a los bancos e invertir el dinero en la creación de nuevas sucursales que hizo que aumentara el número de trabajadores.
De la misma manera, cuenta que el automóvil destruyó 623.000 empleos entre 1910 y 1950, pero creó 7 millones nuevos, y que el ordenador personal hizo lo propio con 19 entre 1970 y 2025, frente a los 3 que hizo perder.
"La historia muestra que, a largo plazo, la tecnología siempre crea más empleos de los que destruye", concluye el nuevo director de Gabinete del presidente del Gobierno.