"España se ha convertido en la fiesta de los criminales, de los corruptos, mercenarios, pedófilos y violadores", así empezaba el domingo por la noche su discurso Alvise Pérez, desde una discoteca de Madrid, después de conocer sus resultados en las elecciones europeas. Lo que siguió fue su receta habitual, con ataques al presidente del Gobierno incluidos, "Pedro: calienta, que sales (...) más vale que te metas en un maletero porque te vamos a meter en prisión", para rematar con una "deportación masiva de inmigrantes" entre proclamas e insultos de los asistentes a los "medios extorsivos de comunicación".
Luis Pérez Fernández (Sevilla, 1990), mejor conocido como Alvise Pérez, se refiere a sí mismo como analista y consultor político, pero ha saltado a la popularidad como activista de ultraderecha en redes sociales, donde le siguen cientos de miles de personas, y, sobre todo, como agitador político y por tener varias causas por difundir bulos. A partir de este lunes también será eurodiputado.
Ya había ocurrido antes, un personaje mediático que da el salto a la política mediante una agrupación de electores, 'Se Acabó la Fiesta' (SALF), ha cosechado un sorprendente éxito electoral. En su caso, 3 escaños y 800.763 votos, sin haber estado presente en un solo debate electoral, sin ninguna financiación pública y sin haber llevado una campaña tradicional. El propio Alvise Pérez, Diego Soler y Nora Junco van a ser eurodiputados en Bruselas de esta formación.
SALF ha quedado como cuarta fuerza en 9 de las 17 comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y La Rioja), y ha quedado por delante de Sumar en todas ellas y en Canarias. Los mejores resultados a nivel autonómico los ha tenido en Murcia (6,6%), Canarias (6,3%) y Andalucía (6,2%).
A nivel municipal, en más de 7.000 localidades ha logrado que algunos de sus electores depositen papeletas con el logo de una ardilla. Muchas de estas poblaciones tienen algo en común, apenas alcanzan los 1.000 habitantes, es ahí donde logra sus mayores porcentajes, como ocurre en Pozanco (Ávila) y Chequilla (Guadalajara), donde ha obtenido un 40% de los votos-, pero también se incluyen localidades más grandes como Mijas (Málaga) o Roquetas de Mar (Almería), con cerca de 100.000 habitantes y en torno a un 10% del voto.
De Ruiz-Mateos a SALF
El de Alvise Pérez es un fenómeno que no se veía en España desde la irrupción de José María Ruiz-Mateos, el histriónico empresario dueño de Rumasa, quien en 1989, en las segundas elecciones europeas que se celebraron en España, logró dos escaños y 608.000 votos (3,8% del total), si bien luego no se tradujeron en un buen resultado en las elecciones generales de octubre de ese mismo año, donde apenas pasó de las 200.000 papeletas.
La diferencia con Ruiz-Mateos (o con el Podemos de Pablo Iglesias, quien primero se hizo conocido en tertulias televisivas antes de saltar a la política) es que la fama de Alvise Pérez viene en exclusiva de las redes sociales, fuera del foco de los medios tradicionales. Así, ha utilizado esta circunstancia como un valor diferencial para identificarse como un personaje alternativo al ecosistema político o mediático dominante, algo que le une con los comienzos de Donald Trump. Su currículo político anterior no era muy amplio: estudios de Ciencia Política por la UNED, un tiempo como voluntario en UPyD y un trabajo como asesor parlamentario de Toni Cantó en Ciudadanos durante unos dos años, para pasar a ir por libre como agitador político en redes sociales.
Logró sus primeros seguidores en Twitter (ahora X), hasta que la plataforma de Elon Musk decidió suspenderle la cuenta, posteriormente se expandió por TikTok, y, principalmente, a Instagram y Telegram, hasta conseguir más de un millón de seguidores, ha utilizado estas redes para sacar acusaciones contra inmigrantes, contra el feminismo, contra periodistas y contra los políticos, sobre todo de izquierdas. De hecho, Telegram ha sido fundamental en su estrategia de comunicación, según indica Iago Moreno, experto en política digital. Desde su perfil de esa red social, "Alvise emitiría presuntamente contenidos nocivos, harmful content que se dice en inglés en la jerga de desinformación", como "bulos diversamente documentados por las verificadoras".
Votantes de Vox, primerizos y abstencionistas
A falta de que las encuestas postelectorales den la confirmación de estos datos, la encuesta del CIS que se hizo antes de las elecciones enseña bastante sobre el perfil del votante de Alvise Pçerez. Cerca del 30% del voto potencial a 'Se Acabó la Fiesta' llega de ciudadanos que han votado a Vox en las últimas elecciones europea de 2019 (18,7%) y de jóvenes que han votado por primera vez en este tipo de comicios (11,2%).
Son precisamente los hombres, jóvenes y de derechas el perfil más claro de votante de Se AQcabó La Fiesta. El 9,8% de los votantes de 18 a 24 años indicaba que votaría a esta candidatura, según el CIS, y el 9,5% de los jóvenes de 25 a 34 años. Entre estos grupos de edad, el partido de Pérez es más votado que Sumar o Podemos y está cerca de Vox, mientras que su intención de voto y simpatía baja bastante entre los adultos de más de 45 años y las personas mayores hasta hacerse insignificante en ese tramo.
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