Desde hace varias semanas han aparecido por las calles de la capital multitud de colchones viejos que han sido retirados por sus dueños y que esperan a ser recogidos por los servicios de limpieza del Ayuntamiento.
Aunque no se sabe de dónde proceden, una de las teorías que cobra más fuerza encuentra la explicación en que estos podrían pertenecer a pacientes que han pasado o han fallecido por el coronavirus. Resulta bastante convincente debido a que la aparación de colchones comenzó conforme avanzaba la crisis del Covid-19 y cada vez eran más los fallecidos por el virus.
El problema reside en que estos deben de desinfectarse antes de realizar el traslado y los empleados deben estar equipados con trajes EPI, por lo que es un proceso complicado.
Por otra parte, se trata de una práctica que está prohibida y aquellos que sean pillados infraganti se exponen a sanciones de hasta 1.500 euros.