La Guardia Civil, en colaboración con la Agencia Tributaria, desarticuló una red criminal dedicada a la importación, almacenamiento y distribución de medicamentos y productos sanitarios ilegales, especialmente relacionados con la medicina estética.
La operación, que se extendió por varias provincias, resultó en la detención de 4 personas y la investigación de otras 41, imputándoles un total de 53 delitos, entre los que se incluyen delitos contra la salud pública, estafa, intrusismo profesional y pertenencia a una organización criminal.
La investigación, iniciada en 2023, surgió a raíz de informaciones recabadas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre la existencia de clínicas clandestinas que ofrecían tratamientos de medicina estética sin contar con la titulación necesaria.
Las sustancias empleadas
Estas prácticas se promocionaban incluso a través de redes sociales, lo que alertó a las autoridades. Paralelamente, la Unidad de Análisis de Riesgo de la Aduana de Sevilla, compuesta por funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y agentes de la Guardia Civil, detectó un importante número de envíos de medicamentos ilegales procedentes principalmente de Corea del Sur, destinados a clínicas y personas vinculadas a la medicina estética.
Los productos incautados, que incluían toxina botulínica (botox), hialuronidasa, ácido hialurónico, lidocaína y centrifugadoras de plasma, carecían de la trazabilidad, calidad y conservación exigidas por la normativa española. Esto implicaba que no se podía garantizar que el contenido de los envases fuera el que figuraba en las etiquetas, lo que supone un grave riesgo para la salud pública. Entre los materiales aprehendidos destacaron 700 viales de toxina botulínica, 275 viales de hialuronidasa, más de 200 envases de lidocaína y más de un millar de jeringuillas precargadas de ácido hialurónico, además de hilos tensores y maquinaria especializada.
Así actuaban
La organización criminal operaba de manera sofisticada, importando los productos de manera ilegal, a menudo camuflados bajo falsas declaraciones de contenido para evitar su detección en aduanas. Una vez en España, los medicamentos se almacenaban y distribuían a clínicas clandestinas y a personas no cualificadas que realizaban tratamientos estéticos sin la debida formación. La red no se limitaba al territorio nacional, ya que también se detectaron envíos a Portugal y se identificaron cuentas bancarias en varios países utilizadas para ocultar los beneficios obtenidos de estas actividades ilícitas.
Durante la fase de explotación de la investigación, se llevaron a cabo 4 registros domiciliarios en San Pedro de Alcántara (Málaga), Torrevieja (Alicante) y Cartagena (Murcia), así como 24 inspecciones en clínicas y establecimientos clandestinos en las provincias de Cádiz, Madrid, Málaga, Córdoba, Sevilla y Alicante. En estas actuaciones, se incautaron 40 lotes de medicamentos y productos sanitarios ilegales.
Aunque la organización ha sido desarticulada, las autoridades continúan recabando denuncias de posibles afectados por los tratamientos realizados con estas sustancias. Se han registrado casos de alta gravedad debido a las secuelas sufridas por pacientes que recibieron tratamientos de personal no cualificado.
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