El Carnaval de Cádiz ha arrancado con la polémica de una chirigota de lo más inapropiada que incluía nada menos que la decapitación del ex president de la Generalitat, Carles Puigdemont.
"Pido perdón por haber celebrado un referéndum. Pido perdón por las urnas que allí coloqué. En realidad eran cajas de ropa de invierno, pero es que allí es ver las cajas y echar un papel", coreaban los chirigoteros denunciando su "alta traición". Después era el momento de preguntar al público: "¿Le perdonamos la vida a Puigdemont, sí o no?".
En unos tiempos en que hacer chistes -con mayor o menor gusto- sobre víctimas de ETA y el fascismo en redes sociales o una sesión de títeres puede costar la libertad, la 'familia Verdugo' ha preferido colocar en la guillotina pública al líder catalán por su consulta soberanista.
No obstante hay que señalar que no sólo Puigdemont estaba sentenciado. El repertorio de los chirigoteros en la sesión de preliminares del Concurso Oficial de Agrupaciones en el Teatro Falla también contó con una decapitación de los reyes magos y de una mujer que fue infiel a su marido, mostrando todo un derroche de machismo. En la letra de la chirigota de la 'Familia Verdugo', el verdugo explica que se le pone como un "palote" al ver a la muchacha y por ello, en lugar de con el hacha, la mató "con el garrote".
En todo caso, la sentencia a muerte de Puigdemont -un episodio de algo más de un minuto de una actuación de 25- ha sido la que ha protagonizado las 'comidillas' del arranque del Carnaval por el revuelo originado.
Toda una oleada de críticas empezaron a poder leerse en Twitter ante una actuación que tampoco logró el favor del público.
Una chirigota de Cádiz pide degollar a Puigdemont y se olvidan de los terratenientes que poseen el 50% de las tierras de Andalucía, que cobran 40 millones anuales de UE por no cultivarlas y que son los culpables de la pobreza.
Una chirigota de Cádiz propone degollar a Puigdemont y el público aplaude.
Es porque son chirigoteros. Si fuesen titiriteros ya estarían en la cárcel. Si hubiesen nacido en Altsasu, también. Si fuesen raperos, también. Si fuesen independentistas, también.
El problema de la chirigota es que cuando haces un chiste de carrero, te condenan, y si dices burradas contra Puigdemont todo es gracioso. Creo que todo cabe en la libertad de expresión aunque no me hagan gracia. Y a nadie debería condenarse.