El presidente del PP, Pablo Casado, ha presidido la reunión de la Junta Directiva Nacional del Partido Popular en la que ha sentado las bases de la que será la campaña primero de las elecciones generales y de las autonómicas, municipales y europeas, después.
Todo girará en torno a Cataluña, una apuesta por en nacionalismo de banderas que ha quedado encaminada en Génova con un lapus de su líder incluido.
"Estas elecciones tratan sobre todo, como os decía, de España. No es bueno, ojalá no fuera así, pero por desgracia es así", explicó Casado con un extraño lamento como si hablar de los temas que preocupan al país fuera algo negativo. Sin embargo, esta no era la idea real de su discurso.
"No lo hemos elegido nosotros, lo han elegido los separatistas y se lo ha permitido la izquierda decididos a lanzar el segundo asalto contra la unidad de España y contra el estado de derecho, pero esta vez con la connivencia del PSOE", aclaró. "Estas elecciones tratan de esa unidad nacional", insistió después puntualizando que sólo centraría la campaña en la parte nacionalista del reclamo al voto y no en otros asuntos de estado.
Esta es la idea básica que plantea Génova justificando incluso que la presión de la derecha en torno a este asunto es el que ha motivado el adelanto electoral y no la ruptura del diálogo entre Moncloa y la Generalitat a cuenta del referéndum de autodeterminación y los Presupuestos Generales del Estado.
"Si no fuese por el Partido Popular, el Gobierno de Pedro Sánchez seguiría negociando con quienes quieren romper España", aseguró Casado ante sus dirigentes. "Pedro Sánchez se ha visto obligado a convocar elecciones generales porque el PP ha descubierto su traición a España", volvió a insistir cargando las tintas en la actuación del ejecutivo que apostó por dialogar con los nacionalistas catalanes.
Casado aseguro temer que si se les deja a los independentistas harán en Baleares, Comunidad Valenciana o Aragón lo que están intentando en Cataluña, que han convertido esa comunidad en la “más divida y menos libre”. “Su único objetico es romper Cataluña para romper España”, reincidió en la misma idea.
- En tres meses la mayoría de los españoles ha pasado de reclamar el 155 a exigir diálogo con Cataluña