Cristina Álvarez, la asesora de Moncloa que mandó diversos correos electrónicos relacionados con la actividad privada de Begoña Gómez, ha ido a declarar este viernes ante el juez Juan Carlos Peinado y ha asegurado que se la nombró específicamente para ayudar a la mujer del presidente del Gobierno con temas tanto de índole oficial como privados.
Álvarez ha testificado ante el titular del Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid después de que salieran a la luz esos 'emails' en los que realiza gestiones relacionadas con los másteres y la cátedra extraordinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en los que trabajaba Gómez.
Fuentes jurídicas han dicho que Álvarez ha afirmado que Moncloa la eligió justo para hacer labores de secretaria personal de Gómez porque conocía a la esposa de Pedro Sánchez desde hacía tiempo.
Álvarez ha señalado que creía que su trabajo era llevar la agenda completa de Gómez, incluidos los asuntos privados. Los polémicos 'emails' formaban parte de esas tareas, ha afirmado.
Multa a los abogados
Según fuentes presentes en la declaración, la testigo estaba muy nerviosa, comentando que no recordaba varias cosas, hasta el punto de que Peinado ha tenido que pedirle que no contestase con evasivas. Además, las mismas fuentes indican que el magistrado ha solicitado a Álvarez su número de teléfono móvil, aunque sin requerirle el dispositivo.
Por otro lado, Peinado ha aprovechado el paso de este viernes para abrir una pieza separada de carácter disciplinario para poner multas a varios abogados por hacer declaraciones a la prensa a la salida de las declaraciones.
En concreto, lo ha hecho contra el abogado de Gómez, el ex ministro socialista Antonio Camacho; y los abogados de las acusaciones populares que ejercen Vox y Hazte Oír, Marta Castro y Javier María Pérez-Roldán, respectivamente.
Hay que recordar que Peinado está investigando a Gómez por presuntos delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo profesional.
La mujer de Sánchez ya ha negado todas las acusaciones vertidas en su contra el pasado miércoles, la primera vez que decidió no acogerse a su derecho a guardar silencio.
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