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Crítica de 'Hit Me Hard And Soft', el nuevo disco de Billie Eilish

viernes 17 de mayo de 2024, 17:41h

Calificación: 8,5/10

Una de las cosas que más me llama la atención de este 'Hit Me Hard And Soft' es el hecho de que solo tenga 10 canciones. En un momento en el que las grandes estrellas del pop actual miden sus bases de fans no en ventas físicas sino en millones de reproducciones en 'streaming', aquí tenemos a una de las más grandes de los últimas años, una cuya canción menos escuchada de cada disco ronda los 100 millones de reproducciones en Spotify, renunciando a meter 5 o 6 canciones más, lo que vendrían a ser 500 o 600 millones de reproducciones extras, para entregar un disco de 10 canciones que fluye a la perfección y en el que apenas sobra nada. Con este disco Billie Eilish y su hermano Finneas vuelven a demostrar que lo suyo es puro talento, más allá de reproducciones, viralidad o éxito.

Con este tercer disco, 'Hit Me Hard And Soft', no han hecho un refrito de los sonidos que convirtieron a Eilish en una estrella. Aquí no hay un nuevo 'Bad Guy', ni una nueva versión de 'Happier Than Ever', sino que los hermanos O'Connel continúan explorando nuevos territorios sonoros como buenos exploradores intrépidos pero sin olvidar su propia personalidad.

Líricamente es el disco más centrado en Eilish, la que más nos deja ver cómo es, sus problemas con la fama o con sus seguidores, pero también sus relaciones y sus rupturas. El disco comienza recordando viejos tiempos, una guitarra melancólica y los susurros marca de la casa, con la cantante reflexionando sobre los estándares de belleza tóxicos que ha recibido siempre ("la gente piensa que estoy más feliz porque luzco más delgada") o sobre los problemas de las redes sociales ("Internet está hambriento de la clase más malvada de diversión y alguien tiene que alimentarla" se oyen mientras de fondo suena una multitud). Es una preciosidad que se beneficia de un maravilloso arreglo de cuerdas final, que vuelve a demostrar lo gran productor que es Finneas.

Después de gopearnos suave, Elish nos golpea fuerte con la segunda canción, 'Lunch', en la que reconoce que le gusta una chica, un temazo disco funk, a medio camino entre Franz Ferdinand y Phoenix, que te saca a bailar a la pista y se beneficia de unos potentes sintes al final del tema, mezclados con los gemidos de la cantante, y una guitarra funk. 'Chihiro' es todavía más atrevida sónicamente, un bajo a là Daft Punk y un tema bailable en el que el susurro de Eilish toma tintes sensuales, va de cabeza a convertirse en una de las favoritas de los seguidores de la cantante.

'Birds Of The Feather' sigue en la pista de baile, pero con una melodía tan sinuosa y bella que la podrían haber firmado Everything But The Girl, luego vuelve a cambiar el tono con la acústica de 'Wildflower', una de las especialidades de los O'Connel, en la que Finneas va subiendo en intensidad la producción para acompañar la maravillosa melodía de su hermana. Todavía mejor es 'The Greatest', donde su letra se puede interpretar de distintas maneras, como una súplica a su pareja o a sus propios fans ("Estoy intentando de la mejor manera posible mantenerte satisfecho"), pero con su enorme subidón final, donde retrotrae al rock de 'Happier Than Ever' y su constante repetición de "Tío, ¿soy la más grande?", me inclino a pensar en lo último, sobre todo si lo relacionamos con la primera canción. Es otra de las canciones más destacadas del disco.

'L’amour De Ma Vie' es otra de mis favoritas, es increíble que logren que funcione una canción con un cambio tan enorme, con una primera parte en la que es pura clase, una especie de 'lounge pop' tipo Burt Bacharach, o si prefieren la primera Lily Allen, que una vez que comienzan a tratar su voz, con efecto Alvin y las ardillas termina estallando en la 'rave' definitiva. 'Bittersuite' es otro mundo en sí misma, cambiando varias veces entre sintes que suenan sumergidos en el agua, como la propia Eilish en la portada.

'The Diner' es otra pequeña maravilla totalmente distinta, una especie de reggae vals sintético que es lo más parecido que tiene este disco a las canciones de su inolvidable debut, 'When We All Fall Asleep, Where Do We Go?'. El final llega con otra de las mejores canciones del disco, 'Blue', una agridulce coda que se cierra con un cuarteto de cuerda clásico sobre una voz sin palabras y una coda hablada que dice: "¿Cuándo escucharé el próximo?". Algo que parece hablar también sobre la presión de sus seguidores que ya están hablando de que este gran disco es solo la mitad de un disco doble, cuya segunda parte aparecerá pronto... Puede que Eilish se ría un poco de todo esto pero también queda claro que está tan orgullosa de 'Hit Me Hard And Soft' que ya está deseando ponerse con el siguiente.

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