Un dopaje individual que hace daño general
lunes 11 de agosto de 2008, 21:42h
La alegría y optimismo con que España llegó a los Juegos, y enfiló las dos primeras jornadas, se oscureció de repente este lunes casi negro con lo peor: el dopaje. El de la ciclista Maribel Moreno, que tanto daño nos hace en cuanto a imagen, porque pagarán justos –el resto de los ciclistas en particular y de los deportistas en general- por pecadores –de momento, sólo ella-. Y escribimos lo peor, porque algunas decepciones del tercer día competitivo –incluso la de la judoca Isabel Fernández, de la que se esperaba una ‘segura’ medalla, la tercera olímpica en su carrera- entran dentro de lo previsible en el deporte: se gana y se pierde.
Mas la espesa mancha del dopaje sí que es nefasta para cualquier país, máxime como el nuestro, que está viviendo su auténtica ‘Edad de Oro’. Pero no por ello hay que rasgarse las vestiduras, ya que, en efecto, esta ciclista tomó EPO y engañó a la delegación española diciendo que tenía un ataque de ansiedad y quería volver a España, donde, por cierto, en lugar de dar la cara, anuló la rueda de prensa que había convocado en la tarde también de este lunes.
En efecto, ella se dopó. Pero ningún otro de sus compañeros/as sobre las dos ruedas, ya que han pasado sin problemas los muchísimos controles a los que les han sometido –excesivos, aunque lógicos por parte de las autoridades deportivas internacionales con casos como el de Moreno o el de Dueñas y Beltrán en el Tour. De modo que de agachar la cabeza, nada. Salvo alguna que otra sorpresa poco previsible, el resto de ciclistas en particular y de deportistas en general no tienen nada que esconder. Sus triunfos son lícitos y nuestra alegría por los mismo,s también.
Eso sí, las duras palabras del secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, y del presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, deben ser realidad: no sólo se debe sancionar a Maribel Moreno, sino tirar del hilo a ver quién o quiénes y cómo le suministraron la EPO, no sólo. Hay que llegar hasta el fondo y extirpar el cáncer del dopaje. Por nuestro bien y el de toda la santa iglesia laica del deporte español. Amén.