La Comunidad considera la Cañada Real Galiana como un problema exclusivo de disciplina urbanística y no de chabolismo. Así lo aseguró a Madridiario la Consejera de Vivienda y responsable del Instituto de Realojamiento e Integración Social (IRIS), Ana Isabel Mariño.
"La Cañada Real no es un tema de chabolismo, es un problema de construcciones ilegales y, por tanto, de disciplina urbanística", afirma Mariño, quien considera que en este asentamiento no hay chabolas. Según la consejera, las chabolas "se levantan con material desechable y en la Cañada hay ladrillo, cemento, chalés, piscinas y hoteles".
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Por este motivo, asegura que el IRIS no tiene competencias. "El IRIS trabaja para reinsertar a los chabolistas, educarles a vivir en comunidad y proporcionarles unos pisos a unos precios asequibles para que se puedan integrar en nuestra forma de vida", aclara la consejera. Además, recuerda que el IRIS actuó en un asentamiento limítrofe a la Cañada "donde sí había chabolas" en 2005.
La consejera recordó además que el IRIS actúa a instancias de las administraciones competentes a través de la firma de acuerdos, como al que se llegó con el Ayuntamiento de Madrid para desmantelar el poblado de El Salobral, en el que llegaron a vivir alrededor de 2.000 personas, "en su mayoría gitanos". En esta ocasión, asegura que el Consistorio madrileño no ha solicitado la intervención del IRIS y que en la Cañada no hay personas de esta etnia.
No obstante, hay que señalar que en la Cañada Real Galiana hay diferentes zonas, algunas muy degradadas y compuestas por chabolas, como El Gallinero, donde se concentran sobre todo gitanos procedentes del Este. Además, el absentismo escolar es uno de los muchos problemas de este asentamiento ilegal en el que viven alrededor de 40.000 personas.