miércoles 10 de enero de 2007, 15:21h
Supongo que a algunos el tema, por sonoro, les resultará escandaloso, pero confieso que estoy bastante de acuerdo con esa definición hecha por la vicepresidenta Fernández de la Vega del texto del pacto antiterrorista como “un papelito”. Un papel que ya ha quedado anticuado, aunque haya de irse con una brillante hoja de servicios. Sé que habrá quienes se indignen ante lo que parece una descalificación del pacto lanzada este miércoles por la ‘número dos’ del Gobierno en el curso de un populoso desayuno organizado por Europa Press, pero pienso que ha acertado en lo fundamental: ahora, para luchar contra ETA hace falta el concurso de todos, socialistas, populares y…nacionalistas. También, claro, del Partido Nacionalista Vasco, ‘criminalizado’ en el prólogo del pacto suscrito en el año 2000.
Desde ese año 2000 hasta ahora han cambiado unas cuantas cosas. Entre ellas, el liderazgo en el PNV y la orientación de un partido que es el más votado y el que gobierna en el País Vasco. Hay, por tanto, que contar con ellos: ¿de qué sirve irritarles con una ley que, vista en estos momentos, parece hecha ‘contra’ ellos? ¿Por qué no respetar el espíritu de esa ley, pero modificando algo sus términos, de manera que los nacionalistas puedan también caber en ella?¿Por qué, en definitiva, aferrarse al ‘papelito’ hoy existente cuando han cambiado tantas cosas?
Debemos mantener los demócratas –y el PNV se cuenta entre ellos—un espíritu de unidad. Por eso, tampoco me ha parecido desacertado que los socialistas vascos, compartan o no el texto literal de la pancarta que la encabece, acudan a la manifestación por la paz en Bilbao, convocada por el lehendakari Ibarretxe. Ojalá también decida a última hora (cuando esto escribo sigue la indefinición) el PP acudir a esa otra manifestación que se celebrará el sábado en Madrid, inspirada por organizaciones de ecuatorianos en España y por los sindicatos. “Unidad” es el lema inscrito en todos los corazones: ¿por qué no hacer políticamente realidad lo que en la calle es ya realidad o, al menos, un sueño?