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55 notables contestan a esta pregunta (Parte 2)

Y después del 9-M, ¿qué le pedimos al nuevo presidente del Gobierno? (2)

Y después del 9-M, ¿qué le pedimos al nuevo presidente del Gobierno? (2)

viernes 29 de febrero de 2008, 15:55h
Especial de Diariocrítico y la revista Mas + en el que se ha preguntado a una cincuentena de políticos, abogados, periodistas, economistas, en fin, representantes de todos los sectores sociales qué le pedirían como más urgente al Gobierno que salga de las urnas el 9 de marzo. He aquí los resultados.


Jaime Ignacio del Burgo
. No puedo ponerme en la situación del "gane quien gane", pues va a ser Rajoy el vencedor, porque sintoniza con los problemas reales del pueblo español. Lo primero que tendrá que hacer es restablecer los consensos básicos de nuestra democracia rotos por Zapatero, especialista en pelearse con todo el mundo. Tendremos que recomponer las bases del Estado autonómico, el pacto contra el terrorismo, las relaciones con la Iglesia, y sobre todo dar un golpe de timón a nuestra economía para que la crisis no golpee, como siempre, sobre los más débiles.



Iñaki Gabilondo. Lo primero tendría que ser enterrar a Caín. Pero sospecho que no se producirá tal maravilla. Así que quien gobierne tendrá que arrastrar un pesado lastre. Como han fallado los intentos de resolver los problemas históricos (ETA, integración de los independentistas, etcétera), todas las energías podrán centrarse en las tres líneas decisivas: educación, políticas sociales e I+D+i. Habrá de ser una legislatura con menos esencias y más sustancia.



Manuel Martín Ferrand, periodista. Además de lo que parece obvio y ya pregonan los dos grandes candidatos, España necesita una regeneración democrática profunda que, sobre la base de un sistema educativo solvente, diferencie y aísle los tres grandes poderes del Estado, hoy amalgamados y concupiscentes. También una reforma constitucional, tras una convocatoria constituyente, que aporte certeza y límites a la espiral secesionista. Un Estado sin competencias y una Nación en porciones no concuerda ni con la tradición española ni con el futuro europeo.



Joan Lerma, ex presidente de la Comunidad Valenciana. Garantizar la convivencia de todos los españoles evitando cualquier confrontación territorial o social debería ser un objetivo irrenunciable de cualquier gobierno. Cabe esperar y desear que el consenso en torno a la lucha antiterrorista y en política internacional sirva para procurar una mayor solidez a nuestro sistema político de derechos y libertades. Incentivar el desarrollo tecnológico de nuestras empresas, continuar trabajando por la modernización de nuestras infraestructuras de todo tipo. Y además, apostar por la ampliación de los derechos sociales y de protección de la familia, de nuestros mayores y de nuestros jóvenes, así como la firmeza en la protección de nuestro entorno natural o la lucha contra el cambio climático son otros de los retos de la legislatura.
 


Margarita Uria, ex diputada y portavoz de Justicia del PNV. Considero que las principales prioridades del Gobierno que salga de las urnas son: Derogación de la Ley de partidos. Adecuar la estructura de la Justicia a las excepciones de las Comunidades Autónomas; creación de los Consejos del Poder Judicial autonómicos. Hacer desaparecer de la legislación penal del menor en lo relativo al endurecimiento de las llamadas “conductas terroristas”, que arrastró, además, un endurecimiento general en todos los delitos calificados de graves. Debe volver a imperar el principio de interés superior del menor y la adecuación de la respuesta al progreso en la recuperación. Blindaje del Concierto Económico. Participación del Grupo vasco en los llamados Organismos Reguladores como el Consejo Nacional de la Energía, Comisión Nacional del Mercado de Valores, Comisión Nacional de las Telecomunicaciones, etc.



Julio Anguita, ex coordinador de IU. Tras las elecciones generales del 9M e independientemente de quien ganes las elecciones generales, habrá que acabar con la resaca de una de las campañas más largas y demagógicas que yo recuerdo. Afrontar la realidad para gobernar significa que se debe asumir con previsión, fortaleza y claridad lo que ya se está anunciando: una recesión o al menos un ajuste de caballo. En consecuencia se tratará de plantear un proyecto de largo aliento pero sin concesiones a la galería. Y ese proyecto debe estar presidido por una palabra clave, AUSTERIDAD.

Austeridad y rigor en los discursos, en los análisis y sobre todo en los valores y actos que todas las administraciones del Estado deben plantear a la ciudadanía. Austeridad es hablar y desarrollar derechos pero también recordar y obligar a cumplir deberes. Austeridad significa sustituir las dádivas por programas de largo alcance en sus contenidos y en el tiempo. Austeridad es realizar una política ejemplar que ejemplarmente muestre la reducción de los gastos consuntivos de las tres administraciones del Estado. Austeridad es aplicar una reforma fiscal con rigor y progresividad. Austeridad es revisar la política de exacciones, deducciones y subvenciones que actualmente existe. Austeridad es un cambio copernicano en los fastos culturales que tienden al espectáculo puro y simple. Austeridad es primar la Educación no sólo con mayor inversión sino también con leyes que obliguen a padres, profesores, alumnos y televisiones (en tanto que servicios públicos) a conjugar información, diversión y utilidad ciudadana. Un cambio profundo hacia una Ética que mida el desarrollo social mediante el Índice de Desarrollo Humano y no por el Producto Interior Bruto (PIB) del país.



Eduardo Sotillos, ex portavoz del Gobierno de Felipe González. Resulta más difícil interpretar cuales sean las prioridades para “España”, que las prioridades para “los españoles”, que suelen manifestarse en todas las encuestas preocupados por los problemas que más afectan a su vida cotidiana: encontrar un empleo, una vivienda, recibir una buena asistencia médica, conciliar su vida familiar con el trabajo, mejorar sus pensiones.

Todo ello, sin embargo, encontraría una más fácil solución si muchas de las energías que se malgastan por parte de las distintas Administraciones, que más que colaborar se enfrentan buscando supuestas rentabilidades electorales, colaboraran lealmente en bien de los ciudadanos. España no puede aparecer como un país permanentemente dividido en dos grandes bloques que no se soportan mutuamente. Hay objetivos comunes, como la lucha contra el terrorismo o la batalla por defendernos de los efectos del cambio climático, que exigen concertación urgente.



Ramón Tamales, catedrático de Economía. La prioridad absoluta sería que los dos grandes partidos de ámbito nacional se pusieran de acuerdo para desarrollar una política de consenso en toda una serie de cuestiones urgentes. La primera de ellas, la ley electoral, de modo que los partidos de espacio regional no hipertrofien la presencia en el Parlamento hasta el punto de que las grandes decisiones se tengan que tomar bajo presiones insoportables, que en muchos casos tienen carácter soberanista, por no decir, secesionista.

El segundo tema, relacionado con el anterior, y ligado a la reforma constitucional en ciernes, consistiría en establecer una nueva clase de leyes sobre cuestiones territoriales y estatutarias, de modo que para su aprobación sea necesaria la mayoría del 66 por 100 de los escaños en ambas Cámaras del Parlamento.



Manuel Delgado Solís, abogado. Tras las elecciones generales del 9 de marzo, gane el PSOE o el Partido Popular, debería gobernar el partido más votado. Así, como todas las encuestas descartan cualquier mayoría absoluta, los muy probables pactos con las minorías nacionalistas no serán una subasta a favor de quien más concesiones realice a dichas minorías.

Hay que recuperar el consenso básico de las primeras legislaturas de la transición ante temas fundamentales, para dejarlos al margen de las diferencias partidistas, evitar que se reproduzca una legislatura tan lamentable como la última y no favorecer con la desunión a la crisis económica ni a la estrategia terrorista. Junto a esos tres temas prioritarios incluiría el desarrollo estatutario, el desbloqueo o despolitización de la justicia, la reforma constitucional y la política exterior. En lo demás, que se cumpla el programa del partido más votado.



Fernando Reinlein, militar en la reserva y periodista. Medidas correctoras contra la desaceleración que se avecina. Política adecuada para la creación de empleo. Consenso en la lucha antiterrorista para lograr una negociación fructífera. Apostar por la política de multiculturalidad o por la integración, de una vez por todas, en el asunto de la inmigración. Análisis de la situación real actual y aumento de la seguridad ciudadana.

Resolución del problema de las relaciones entre el Gobierno español y las Iglesias. Ampliación de la legislación para la defensa del Medio Ambiente. Reforma de la Constitución en lo referente a la sucesión y al Senado. Elaborar una Ley de Deberes y Derechos de los militares. Reformar la Ley electoral y el reglamento del Congreso.



Pilar Cernuda, periodista. Son varias las cuestiones que se deben abordar, y necesariamente tendría que hacerse con el acuerdo de los dos partidos mayoritarios, pues en caso contrario el esfuerzo sería inútil. Un gran pacto sobre política territorial corregiría el desequilibrio que va a provocar la puesta en marcha de los nuevos estatutos y abordaría sin complejos la situación de la enseñanza del castellano en las llamadas comunidades históricas.

También se hace necesario un gran pacto sobre inmigración y otro sobre inseguridad ciudadana, que obligarían a reformar algunos artículos del código penal. Y sin ninguna duda, entre las prioridades de los próximos años se encuentran las medidas que se deben adoptar para hacer frente a la crisis económica que poco a poco empieza a advertirse en España.



Salvador Santos Campano, presidente de la Cámara de Comercio. Conseguir el consenso entre las fuerzas políticas en los asuntos fundamentales. Derrota del terrorismo desde el estado de derecho, sin atajos. Reforzar las competencias de Estado para evitar su ruptura. Necesidad de una ley para la defensa de la unidad de mercado que empieza ya a estar amenazada. Hacer de España un país seguro. Mejorar el sistema educativo. Aplicar una política realista y coherente de inmigración. Potenciar las grandes obras de infraestructuras. Alcanzar el pleno empleo y seguir creciendo para estar entre las ocho economías más avanzadas del mundo. Una legislación nacional para el abastecimiento de agua, un bien escaso. Y tener una mayor presencia en el concierto internacional.



Carlos Malo de Molina, presidente de Sigma Dos. Preparar la economía para afrontar la crisis económica sin perder la posición que ha logrado España en los últimos diez años y que no haya deterioro en el empleo, ni en la competitividad de España ni de sus empresas. Luchar contra el terrorismo sin dialogar ni negociar bajo amenaza de las armas. Preservar el papel del Estado, cerrando de forma equilibrada el desarrollo autonómico. Regular adecuadamente el proceso de inmigración. Consensuar los dos grandes partidos, PP y PSOE, los grandes temas de Estado. Adecuar la ley electoral para evitar el chantaje de minorías con intereses concretos.



Pedro Calvo Hernando, periodista. Dos son, a mi juicio, esas prioridades. En primer lugar, el regreso a la normalidad política e institucional, gravemente alterada durante la pasada legislatura por la labor de oposición del PP, que se ha centrado en desestabilizar al Gobierno Zapatero en todos los terrenos y en desvirtuar a todas las instituciones estatales para arrimar el ascua a su sardina partidista, jugando incluso con la utilización electoralista del terrorismo.

La segunda gran prioridad deber ser la consolidación de los grandes avances sociales y del ensanchamiento de los derechos y libertades del período 2004-2008, esforzándose al mismo tiempo por avanzar todavía más en ambos campos. Ese esfuerzo ha de incluir la devolución a los españoles de la alegría de vivir, gravemente oscurecida por la salvaje crispación de la que hemos sido víctimas la gran mayoría de los habitantes de este país. Todo lo demás tiene menos importancia y seguro que lo conseguiremos por añadidura.



Enrique Múgica, defensor del Pueblo. Como Defensor del Pueblo que soy, me abstendré de dar una opinión personal que pudiera interpretarse políticamente. Pero sí quiero poner voz a los ciudadanos que, en número creciente cada año, acuden a esta Institución con sus quejas, reclamaciones y consultas. De acuerdo con eso me gustaría que el gobierno surgido de las próximas elecciones, cualquiera qué sea, atendiera a las preocupaciones mayoritarias de estos ciudadanos que vienen al Defensor del Pueblo, y que en el años 2007 fueron, por este orden, cuestiones económicas, de sanidad, de justicia, violencia sexista, inmigración, urbanismo, vivienda, seguridad ciudadana, educación, medio ambiente...



Manuel Fraga
, ex presidente de Galicia. Las prioridades obvias, son: Conservar a España, como una unidad en conjunto compatible con las autonomías que correspondan, reduciendo el número de unidades municipales. Superar la crisis económica, para lo que disponemos de una base sólida gracias a la ejemplar gestión económica de las dos legislaturas anteriores. Dejar de remover lo que nos separó, y mirar con optimismo al futuro, con nuestra ejemplar Carta constitucional. Mantener nuestra ejemplar tradición social y cultural, compatible con la aceptación de nuevos emigrantes y la modernización tecnológica.



Pedro López Jiménez, presidente de Unión FENOSA. España ha experimentado un espectacular avance en términos socioeconómicos desde que se aprobó nuestra Constitución hace 30 años. En este periodo democrático, el fuerte aumento del Pib nos ha permitido situarnos como la octava potencia económica a nivel mundial. La renta per cápita también ha mejorado sustancialmente y hemos acortado la distancia que nos separaba de nuestros socios en la unión europea, a pesar de que la población española también se ha incrementado considerablemente. Sin embargo, nuestro posicionamiento en términos de competitividad no ha ido mejorando suficientemente.

Por tanto, una de las prioridades del próximo gobierno deberá ser el desarrollo de programas de innovación y la puesta en marcha de ciertas reformas de manera que, en colaboración con el sector privado, se consiga movilizar e impulsar el capital humano y la flexibilización nuestras estructuras para que España pueda desarrollar toda su potencialidad.



Fernando Fernández Tapias, ex presidente de CEIM y de la Cámara de Comercio de Madrid. La primera prioridad, a mi juicio, es preservar y fortalecer la unidad de España, que es fundamental para el progreso y desarrollo del país. Unidad que es perfectamente compatible con el Estado de las autonomías, y con las peculiaridades de las comunidades y regiones. Junto a esto, fomentar la creación de riqueza y empleo, alentando las vocaciones empresariales para que surjan nuevas empresas, y que éstas y las actuales sean más competitivas. El crecimiento económico debe ir acompañado de una política social, que permita la elevación del nivel de vida de los hombres y mujeres que más lo necesitan, con especial atención a los discapacitados, a los enfermos y a una tercera edad que cada vez será más longeva y, por tanto, más numerosa.



Nicolás Redondo, ex secretario general de UGT. La primera medida que considero imprescindible se basa en concluir el proceso de transferencias del Estado a las comunidades autónomas y clarificar el sentido final del modelo que aprobamos en la Constitución de 1978. Considero imprescindible propagar un sentimiento nacional que permita que todos los habitantes del Estado Español se sientan miembros de una nación de ciudadanos libres e iguales. Siempre he defendido la libertad de los ciudadanos frente a las imposiciones intolerables de los grupos nacionalistas radicales y la igualdad de todos para recibir las prestaciones sociales. Creo que es conveniente seguir apostando por la derrota política de Eta y es muy necesario aprender de los errores del pasado y garantizar un reconocimiento a la lucha de las víctimas del terrorismo. Es importante transformar la administración de justicia. La lentitud de los procesos, lo sorprendente de algunas sentencias, las reclamaciones de los funcionarios de justicia, exigen plantear como auténtica prioridad para el próximo gobierno este punto. Sigo apostando por una enseñanza pública de calidad que logre hacerse cargo de las nuevas realidades que han marcando el cambio de nuestra sociedad. No podemos permitir la degradación de los centros públicos. Es hora de avanzar en las medidas que permitan asegurar la laicidad del Estado.

No se puede avanzar en la consolidación del Estado social sin una base fiscal suficiente. Estoy a favor de un sistema fiscal progresivo. Seguimos muy por debajo en el gasto en protección social frente a la media europea. Debe ser una prioridad del próximo gobierno ir acortando esta distancia. Poniendo especial énfasis en el incremento de las rentas del trabajo. La integración de los trabajadores inmigrantes no será posible sin un mercado de trabajo regulado donde estén garantizados los derechos y las garantías laborales. La precariedad en el empleo sigue siendo una de las lacras de nuestro sistema. Una lacra que no hemos logrado superar y cuya erradicación debe ser una de las prioridades de la próxima legislatura. Tal como reclama la Confederación Europea de Sindicatos es importante apoyar la Europa social. Una Europa social con pleno y mejor empleo, no sólo para satisfacción de sus propios ciudadanos, sino como plataforma frente a la desigualitaria globalización económica neoliberal. La legitimidad de un Estado del bienestar consolidado es preservar un sistema de sanidad público eficiente que garantice la calidad y la humanidad en el trato a todos los usurarios.



Arturo Fernández, presidente de la CEIM. El conjunto de la sociedad debe marcarse una gran prioridad: conseguir un país más competitivo y más prospero, en beneficio de todos los ciudadanos. La única manera de hacerlo es con un fuerte impulso reformista. Hay que impulsar la unidad de mercado y la seguridad jurídica, hay que seguir reduciendo la presión fiscal y hay que flexibilizar el mercado de trabajo. Hay que integrar más y mejor a las mujeres, y a los jóvenes, porque necesitamos su talento. La educación y la formación son claves, asíc como el fomento al I+D y las nuevas tecnologías. Tenemos que hacer reformas en materia energética, y lanzar la marca España en el exterior y apoyar la apertura a nuevos mercado. La seguridad ciudadana y la justicia eficaz.



Petra Mateos, presidenta de HISPASAT. El dinamismo económico y el avance de los países en un mundo globalizado y altamente competitivo tiene que ver con la idoneidad de su capital humano, la calidad de sus infraestructuras, y los mecanismos de convivencia y cohesión social. En la sociedad del conocimiento, la formación del capital humano y sus habilidades son factores claros de competencia, a la vez que favorecen la solidaridad. Me parece vital la mejora del sistema educativo y la definición de un marco educativo a largo plazo basado en la calidad. La creación de espacios de innovación es un desafío para los responsables políticos. Se necesita una infraestructura formal de conocimiento, compuesta por recursos tecnológicos y científicos y la creación de redes sociales y espacios que faciliten la interacción entre las personas, la capacidad creativa y el talento, apoyadas en políticas de empleo que permitan el acceso de los ciudadanos a puestos de trabajo de mayor calidad y la integración sostenida de los inmigrantes en el mercado laboral. La igualdad efectiva es un largo camino por recorrer. El mundo de la economía, y más en los puestos de alta responsabilidad, sigue siendo un espacio resistente a la igualdad. Se ha avanzado mucho en el terreno legislativo pero las medidas tienen que ser asumidas y calar en la sociedad, por lo que es importante el desarrollo de actuaciones que contribuyan a lograr la igualdad efectiva de la mujer en la vida pública y profesional. Configuración de un sistema de bienestar más solidario y un sistema asistencial de calidad, con especial atención a las situaciones de dependencia, mejorando las prestaciones a dicho colectivo. Intensificar las medidas que contribuyan a erradicar la violencia de género en nuestra sociedad.

España, es una región periférica europea y, por lo tanto, una de las más interesadas en mejorar su conectividad y fortalecer la cohesión social y territorial. Por eso, es deseable continuar con las inversiones en infraestructuras servicios del transporte sostenible, con una política estable a largo plazo, desvinculada de la coyuntura política. Hay un tema relevante que es la política medioambiental y el desarrollo de una política energética basada en la sostenibilidad y el refuerzo del papel de España a nivel internacional, con especial atención al desarrollo de acuerdos multilaterales en materia económica y de inmigración y el apoyo a nuestras empresas en su actividad exterior.



Alberto Delgado, periodista. Ponernos de acuerdo en qué queremos que sea este país que se llama España. Unión, sin fisuras, para acabar con el terrorismo. Resolver el problema de la inmigración, con realismo y sin demagogias. Construir más viviendas, y más baratas, para lo que habrá que poner en el mercado más suelo urbanizable. Que la educación no sea un reino de Taifas entre las distintas autonomías, con planes de estudio coherentes con la demanda de la sociedad en que vivimos.

Mayor protección a las familias, a los mayores, a los discapacitados, a los enfermos. Luchar más eficazmente contra la inseguridad ciudadana. Cambiar las leyes que sean precisas, y conseguir una Justicia más rápida. Combatir la burocracia y la demagogia. Una cultura abierta a todos. En suma, conseguir un país mejor, más libre, más justo, aunque parezca imposible. Lo que no es imposible es intentarlo.



José María Pérez "Peridis", arquitecto y humorista. España tiene tres grandes retos a la vuelta de las elecciones del 9 de Marzo. El primero consiste en gestionar de la manera más eficaz y solvente posible la crisis económica de modo que el peso de la misma no caiga sobre los más débiles.

El segundo reto es el desafío Ibarretxe con la anunciada consulta del 25 de Octubre que puede suponer una ruptura de la reglas de juego democráticas. Este reto se debe de afrontar desde la unidad y la firmeza de los demócratas no exentas de flexibilidad y diálogo y haciendo un ejercicio de pedagogía política a la ciudadanía sin caer en las descalificaciones del adversario. El tercer reto es el reto del futuro. Es preciso dedicar ingentes recursos a un ambicioso plan de educación e investigación aplicada que sitúe a España en las mejores condiciones para ser creativa y competitiva en el mundo.



Ramón Cotarelo, periodista. Erradicar el terrorismo etarra con solución final dialogada cuando ETA haya depuesto definitivamente las armas y resolver al contencioso vasco mediante reforma del Estatuto, impidiendo con la legalidad el referéndum de Ibarretxe. Incrementar inversión en I + D, abrir nuevos mercados a nuestra producción y diversificarla, aumentar productividad y competitividad y reducir el déficit por cuenta corriente. Subir el SMI y usar la política fiscal contra al peligro de recesión. Denunciar el Concordato con la Santa Sede, aprobar una ley de plazos, ampliar las políticas de igualdad, desarrollar la Ley de Dependencia e integrar a los inmigrantes. Afirmar nuestra presencia en Europa y extenderla en América Latina fomentando un sistema de titulaciones superiores tutelado por nuestras universidades.



Enrique González Duro, psiquiatra y escritor. Aunque las competencias sanitarias estén transferidas a las comunidades autónomas, que están haciendo de su capa un sayo, creo que el nuevo gobierno debería plantearse muy seriamente el constante deterioro involutivo del sistema de salud pública y tratar de invertir su tendencia. Determinadas comunidades autónomas están lanzadas descaradamente a la "política del ladrillo", por la que empresas privadas están construyendo nuevos hospitales, descapitalizando los servicios públicos y con improvisados e insuficientes profesionales designados "digitalmente". La atención primaria, pieza básica de cualquier sistema de salud, es cada vez más incapaz de atender la creciente demanda de la población –las listas de espera crecen sin cesar para visitar a cualquier especialista o realizar cualquier exploración, y los médicos de cabecera disponen de escasos minutos para cada paciente.

Consecuentemente, los centros de salud están sobresaturados y desbordados por un demanda que les desborda y que, por rebosamiento, se orienta caóticamente hacia los hospitales generales, cuyos servicios de urgencias están crónicamente colapsados. Si se empieza la casa por el tejado, construyendo nuevos hospitales, los servicios público se degradan y esos hospitales estarán pronto saturados, en perjuicio de los usuarios y en beneficio de las empresas privadas que los gestionan.



Amadeo Martínez Inglés, militar en la reserva. España se la juega en la próxima legislatura. Está en el comienzo de un nuevo ciclo histórico y quizá también económico y social que la va a poner en la tesitura de tomar graves y trascendentes decisiones en el corto/medio plazo, sea el que sea el Gobierno que salga de las urnas el 9-M. Y ello por los siguientes condicionamientos: El Partido que deba formar Gobierno no gozará de mayoría absoluta, estará casi empatado en escaños con el perdedor y deberá pactar en situación de debilidad con los nacionalistas. Si es el PP el ganador esa misión será casi imposible. En ese posible escenario, los órdagos y los desplantes nacionalistas llegarán a ser insoportables para el Gobierno. La situación económica se degradará ostensiblemente con la consiguiente pérdida de confianza por parte de los ciudadanos. La monarquía continuará con sus problemas de imagen y de legitimidad ante una ciudadanía que ya la empieza a cuestionar seriamente.

El Estado de la Autonomías ha tocado techo, no funciona adecuadamente y determinadas resoluciones todavía pendientes del Tribunal Constitucional pueden herirlo de muerte definitivamente. La independencia unilateral de Kosovo va a abrir la caja de Pandora de una previsible revolución en el mapa de fronteras europeo. En consecuencia creo que la prioridad absoluta para el nuevo Gobierno debería ser el iniciar los pasos para, sin miedos ni tabúes de ninguna clase, abordar antes de terminar la nueva legislatura una reforma constitucional en profundidad que contemple la marcha ineludible de España hacia una República Federal de “amplio espectro”. O se actúa con determinación y sentido histórico o este país puede verse abocado en el medio/largo plazo a una explosión política de corte balcánico.



Miguel Angel Rodríguez, ex portavoz del Gobierno de Aznar. España necesita volver a la normalidad del diálogo entre contrarios, sin que desde el Gobierno se defina a nadie como indeseable; sin “cordones sanitarios”. Quien gane el 9 debe sentarse con el segundo y juntos acordar las líneas a seguir en cinco políticas: Educación, Definición de España, Política Exterior, Política de Inmigración y Política antiterrorista. Es insensato que quienes tienen el voto de más del 80 % de la población pasen a depender de partiditos que no tienen principios, sino intereses. Los españoles están diciendo al PP y al PSOE, “siéntense juntos a consensuar lo básico de nuestro futuro”. Y, por último pero no menos importante: PSOE y PP deben conseguir que la palabra “España” y “español” no se sienta como una agresión en ningún lugar del mundo, incluida nuestra nación. Sólo de ese modo podremos afrontar los muchos retos que ya están en juego en este siglo XXI, que no sólo es el de la Tecnología y el Conocimiento, sino el de la Libertad del individuo frente a la sinrazón de la masa manipulada —manipulados igual por dictadores político-religiosos que por internet y grandes medios de comunicación.



Olga Heras
, periodista. Una política de Estado, además de en las consabidas cuestiones territoriales y de terrorismo, en inmigración, empleo y educación, que apueste seriamente por un sistema educativo que recupere el prestigio del estudio. Una prioridad de quien gobierne a partir del 9-M debe ser también acabar con el desfase que se ha producido entre los salarios y el coste de la vida, de la que empiezan a resentirse las economías familiares. En esta próxima legislatura es necesario abordar de una vez por todas una reforma Constitucional y una nueva Ley electoral, para acabar con las aberraciones políticas que se producen actualmente.



José Ignacio Wert, sociólogo. La primera prioridad que tiene España en su inmediato futuro es la educación. Nuestro sistema educativo lleva años deslizándose por la senda de la mediocridad y comprometiendo, antes que cualquier otra cosa, el futuro colectivo. La segunda prioridad es acomodar el sistema del Estado de Bienestar a un cambio demográfico de la intensidad y la profundidad del que ha tenido lugar en los últimos siete años, donde una inmigración masiva (y muy poco “gobernada”) ha supuesto un aumento de la población del 12%. Junto a ese fenómeno, el envejecimiento de la población provoca un doble riesgo de implosión del Estado de Bienestar que hay que atajar antes de que se manifieste en términos más destructivos. Y el tercer reto es cerrar el modelo de reparto territorial del poder. La estabilidad institucional es una variable clave del desarrollo económico y el progreso social y las indefiniciones en ese modelo se pagan mucho más.



María Antonia Iglesias, periodista. Las prioridades del Gobierno de España para la próxima Legislatura dependerán esencialmente de quién gane las elecciones, no serán las mismas si gana el PSOE que si gana el PP, y no creo en la ‘grosse koalition’ a la que algunos apuntan por lo ajustados que serán los resultados el 9-M. Supongo que cualquier Gobierno tendrá que acometer medidas serias en política económica y de empleo, pero serán muy distintas si es socialista o conservador, y no digamos en política educativa. También deberá seguir la lucha contra el terrorismo y creo que debería de dejar aparcado el tema territorial, que está agotado. Espero que ZP ya esté ‘vacunado’ del debate territorial si repite mandato.

Supongo que un Gobierno socialista continuará avanzando en los derechos ciudadanos y con medidas progresistas. Si ganase por amplia mayoría también podría intentar la revisión del Concordato. Pero no creo que, si ganase, ZP llegara a tener una mayoría cómoda; necesitaría a CiU y los catalanes no le dejarían romper con la Iglesia católica. Zapatero lo tiene muy mal, peor que nunca, para conseguir la victoria electoral. El PP en su vida se ha visto en otra. Quién le iba a decir a Rajoy, hace tan sólo un mes, que iba a estar tan cerca de Zapatero en las encuestas. Un Gobierno del PP tampoco lo tendría fácil, desde luego. Su victoria sería por la mínima y, entonces, ¿con quién pactaría, si ha roto todos los puentes con todo el mundo? CiU le exigiría que retirase el recurso al Estatut, justo cuando el moderado Durán está fuera de combate y no puede frenar a Artur Más, que es más radical. Sea quien sea el que se haga con la victoria en la generales, su programa de Gobierno se lo van a hacer las minorías.



José García Abad, periodista. Cualquiera que sea el partido que gane las elecciones debería negociar con los demás una solución para el estado calamitoso de la Justicia, tanto en el ámbito de la politización como de su funcionamiento. También debería consensuarse la política inmigratoria especialmente en lo que se refiere a la integración de los inmigrantes en la sociedad española. Debería ser tarea de Estado acoplar la imagen de España en el mundo a la realidad sobre todo en lo que se refiere a su potencia económica y tecnológica. No es suficientemente conocido que España es, además de la octava potencia industrial, el tercer país inversor en el mundo y el cuarto inversor en Estados Unidos.

Una parte importante del esfuerzo que debe hacer el Gobierno en este sentido debe aplicarse a la potenciación del idioma español en el mundo sin descuidar los aspectos cualitativos. Hay que respetar todas las lenguas ibéricas pero no olvidar que el español es nuestro mejor instrumento de comunicación en el mundo y una herramienta económica que hay que cuidar. Promover más activamente la igualdad entre los sexos y la reducción de las desigualdades entre ambos sexos.
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