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Y en esto el comandante se va

martes 19 de febrero de 2008, 17:03h
La noticia no puede ser más esperanzadora: Fidel Castro deja la Presidencia de Cuba. Lo ha anunciado él mismo a través del diario oficial 'Gramma'. Lo primero que a uno se le ocurre es decir: ¡Ya era hora! Aunque en realidad era su hermano Raúl quién en los últimos tiempos llevaba las riendas del país a causa de la enfermedad de Fidel. La cuestión es que la retirada definitiva de Castro dé lugar a una apertura del régimen, es decir, que se empiecen a dar pasos hacia la democracia.

El régimen cubano es una anacronismo, y el día en que muera Fidel Castro dificilmente los cubanos van a soportar un minuto más vivir en una dictadura, de manera que Raúl Castro solo tiene una opción, que es la de dar esos pasos hacia la democracia e intentar una reconciliación con los cubanos que viven en el exilio.

Claro que lo primero que hay que preguntarse es si Raúl Castro es consciente de que el régimen sin Fidel no se puede perpetuar, y que o bien se pone a la cabeza del cambio o ese cambio se hará sin él y posiblemente con él y con los grandes capitostes del castrismo juzgados y sentenciados. De manera que Raúl Castro y los castristas más acérrimos solo tienen una solución que es pactar el tránsito a la democracia y cuanto antes mejor.

Si hace unos días el régimen castrista liberaba a unos cuantos presos, es de esperar que continuen liberando a todos aquellos que han sufrido cárcel por ser opositores al régimen dictatorial. O vacían las cárceles o dificilmente podrán dar ningún paso en la dirección ansiada, en primer lugar por los cubanos.

Hoy Fidel Castro es un anciano enfermo, que ha mantenido en un puño al pueblo cubano privándole de la libertad y violando los más elementales Derechos Humanos. Castro que fue un mito para los jóvenes de dos generaciones hoy es una figura patética, porque no supo entender que el mundo que había construido se estaba derrumbando, se derrumbó con la caída del muro de Berlín en 1989. Entonces tuvo la oportunidad de comenzar una reforma del propio régimen, pero obstinadamente se empeñó en mantener un régimen que hacía aguas por todas partes y en el que la mayoría de los cubanos viven en el umbral de la pobreza.

De aquel Castro admirado porque fue capaz de acabar con el régimen corrupto de Batista, ya no queda nada, sólo queda esperar que él y los suyos sean capaces de entender que su tiempo ha pasado y que no pueden seguir poniendo grilletes a la libertad. Que el comandante se retire es una una buena noticia ¡lástima que no lo hiciera unas cuantas décadas atrás!
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