¿Debates? Sí, gracias
lunes 18 de febrero de 2008, 16:43h
Por fin se han resuelto las dudas que decían tener socialistas y populares para incluir en su oferta electoral la realización de varios debates entre los candidatos José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, quienes deberían de comprometerse, cara al futuro, a despejar esta incógnita. En esta ocasión, los dos líderes de los partidos mayoritarios se someterán a preguntas que servirán para que los votantes tengan la suficiente información sobre los programas de unos y otros, más allá de las consignas enlatadas por sus asesores de imagen para ser abiertas por los que ellos consideran fieles seguidores de los suyos y acérrimos enemigos de los contrarios. Rajoy y Zapatero se muestran, en sus consignas diarias, mas interesados en desacreditar al principal oponente que en mostrar sus bondades. Por eso, el encuentro cara a cara entre ellos puede ayudar a que les veamos como realmente son y no como quieren aparecer en público.
La fórmula elegida –realizarlos en la Academia de Televisión y que todas las emisoras de radio y cadenas de televisión pueden acceder al evento- es, en principio la más decente, ya que los intereses de los ciudadanos deben estar siempre por delante de los de los medios de comunicación, tan pendientes de su audiencia y de los ingresos publicitarios. Todavía queda por aclarar quién o quiénes serán los presentadores y las cuestiones que se pondrán sobre el tapete, así como los tiempos para cada respuesta y para las réplicas. Seguro que estos asuntos no crearán más conflictos que los necesarios por cada partido para generar tensión al debate.
Si logran ponerse de acuerdo en estos asuntos técnicos, no les costará mucho plasmarlo en un documento para que quede como deber de los candidatos. Igual que están obligados a ser españoles y cumplir una serie de requisitos para aspirar a un escaño en la Congreso de los Diputados, ¿porqué no incluir la celebración de debates? Seguro que, si se incluye en alguna norma la necesidad de confrontar entre el PP y el PSOE, los votantes tendrán más posibilidades de elegir y sabrán más sobre unos y otros. Pero la política es un universo más amplio y plural que el representado por estas dos formaciones, por muy mayoritarias que sean.
Ecologistas, nacionalistas, miembros de IU y partidos a la derecha y a la izquierda de socialistas y populares también se presentan y tienen los mismos derechos y obligaciones que los dos grandes a la hora de concurrir a unas elecciones. No es cuestión de hacer debates con todos los que se presentan, pero no estaría de más inventar fórmulas que, sin perjudicar a los mayoritarios, tengan en cuenta a los minoritarios que cuentan con representación parlamentaria. Es difícil hallar un sistema que encuentre el apoyo unánime de todos, pero seguir ampliando y favoreciendo el bipartidismo lleva exclusivamente a posicionamientos cerrados en favor de uno de los dos grandes, a que el PP pida el voto para que no siga el PSOE, a que los socialistas asusten con la llegada de la derecha y a que muchos, equivocadamente, crean que fuera de estas dos formaciones no hay vida y lleguen a pensar que otra elección es una acción fallida y una papeleta perdida.
Si la sociedad es plural, por qué el voto sólo puede ir a estos dos. Mientras llegamos a ese nivel de tolerancia, la celebración de debates entre Rajoy y Zapatero supone de por sí un adelanto democrático, pero si tienen la capacidad de sacar adelante un compromiso, en forma de ley o de choque de mano entre personas normales, para que quede sellado definitivamente este asunto, habremos ganado todos.