Los mercados empiezan a descontar un aumento en la oferta de bonos gubernamentales europeos para financiar el aumento del gasto en defensa. El pasado viernes, la presidenta de la Comisión Europea ya anunció que propondrá eximir los gastos en defensa de los límites de la UE al gasto gubernamental.
No importa cómo cambien las reglas fiscales europeas, es probable que haya más emisiones y es previsible que los países más endeudados puedan sufrir el mayor impacto. Las consecuencias sobre los diferenciales de rentabilidad de la zona del euro dependerán de cómo cada país financie el gasto y de si la UE realiza emisiones conjuntas. Por otro lado, los riesgos de los aranceles estadounidenses siguen siendo el centro de atención. Ayer, el presidente del Bundesbank declaró que Alemania es especialmente vulnerable a los aranceles de Estados Unidos y que podrían frenar el crecimiento durante años. Con todo, el rendimiento del bono alemán a 10 años, referencia para la zona euro, subió ayer a su nivel más alto desde el 31 de enero, al 2,5%.
Mientras tanto, ayer el presidente de la Reserva Federal de Filadelfia se mostró optimista sobre el estado de la economía estadounidense y dijo que no ve motivos para cambiar la política de tipos de interés en estos momentos, ya que la entidad sigue trabajando para reducir los niveles de inflación. Confía en que las presiones inflacionistas sigan disminuyendo y se alcance el objetivo del 2% en los próximos dos años.