El Nàstic de Tarragona se ha convertido en el primer club español en presentar una querella criminal contra un árbitro de nuestro país.
Un hito que conlleva detrás una presunta oscura trama de corrupción que le habría perjudicado al equipo catalán para subir a Segunda División el pasado verano.
La historia es de traca: el Nàstic acusa al árbitro Eder Mallo Fernández de presunta corrupción en el deporte y falsificación de documento público después de haber abierto una investigación con un detective privado.
Los hechos denunciados
El club catalán acusa a Mallo por su actuación el 22 de junio de 2024, en el partido de la final del ascenso del play-off contra el Málaga, que hubiera supuesto su ascenso de categoría.
Además, le acusa de contradecir un informe de los Mossos d'Esquadra en el acta arbitral de ese encuentro: presunto delito de falsedad documental.
Aparte del daño deportivo, el Nàstic reclama una indemnización de más de 5 millones de euros por las pérdidas ocasionadas por no poder haber ascendido a Segunda.
En concreto, la entidad tarraconense considera que el árbitro Eder Mallo, cuando el Nàstic ganaba por 2-0 y ya celebraba el ascenso, comenzó a tomar decisiones extrañas en el partido contra el Málaga, empezando por una controvertida expulsión al jugador Nacho González.
También denuncia que el colegiado se ensañó sospechosamente con las tarjetas, señalando hasta 5 amarillas al conjunto catalán por ninguna para los andaluces.
Investigación privada
Es entonces cuando entra en juego el informe de una agencia de detectives, la famosa Método 3, que ya ha tenido antecedentes en las política nacional.
La agencia dice haber constatado manifiesta animadversión Eder Mallo contra el Nàstic de Tarragona, con calificativos y expresiones como que el club era "una puta mierda", y llamando a la policía autonómica catalana, los Mossos d’Esquadra, "hijos de la grandísima puta". "No hay policía más corrupta que ésa", comentó sobre este cuerpo.
Según Método 3, Mallo habriá pactado "beneficiar al Málaga" y quintuplicó su sueldo de 100.000 euros. También asegura que falsificó un documento público cuando en el acta arbitral del partido afirmó que temió por su vida por las iras de la afición local después de la eliminación: "Llegamos a temer por nuestra integridad física, al ver cómo abrían la puerta y nos increpaban". Algo que los Mossos niegan en un informe policial, por lo que se acusa a Mallo de falsedades en ese acta, que tiene categoría de documento oficial y público.
La acusación sugiere que todo ello supondría haber presuntamente interferido, aseguran, en la actuación arbitral en ese partido decisivo.
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