A mediados de la pasada semana se presentaron en el Museo de la Erótica de Barcelona 2 salas dedicadas a sendos pintores históricos. Una en honor de Picasso, concretamente la “Suite 347” que es la más erótica del artista. Y otra dedicada a Salvador Dalí, pintor cuyos cuadros muchas veces evidenciaban connotaciones sexuales.Y es que este Museo, al margen de lo que puedan pensar los ignorantes, apuesta por llevar el arte a sus vitrinas, de modo que sea visitado por un público diversos, y de todas las edades (a partir de la adolescencia) y nacionalidades.
En la suite de Picasso figuran 12 litografías, con lo que el MEB (Museo Erótico de Barcelona) amplía su colección dedicado a este artista, que ya contaba con dos grabados de la misma suite: “Cita de Baño Turco: mujeres tomando el sol en la piscina” (1968), y “Carro romano con amazona cayéndose, mujer desnuda, y espectadores” (1968).Sarah Rippert es la directora del MEB y explica así la adquisición “hemos aprovechado para dedicar una única sala de exposición a Picasso, y reorganizado el conjunto de la colección, de forma que al mismo tiempo nos permite inaugurar otra sala dedicada a Dalí...”.
Respecto a este último, el Museo adquirió hace poco el cuadro “El juicio de París” (1981), con lo que se amplía la colección del genio del surrealismo.
Picasso siempre tuvo en mente el erotismo y el deseo sexual en sus cuadros, de una forma atrevida y sin tabúes, captando la esencia de esa necesidad innata humana. Además, tuvo una compleja y abundante vida amorosa con las mujeres, lo que se refleja en su vasta obra.
Suite
“La suite 347” pertenece a la etapa final de Picasso y es resultado de su observación de maestros pictóricos tan relevantes como Rafael, El Greco, Rembrand, Velázquez, Delacroix, Monet o Pousin. En ellos hay temáticas sobre el desnudo femenino, el circo, los caballeros y los mosqueteros. Esta Suite se mostró por vez primera en 1968 en la Galería Louise Leiris de París, y dada su gran componente erótico, se decidió incorporarla a una sala privada.
En cuanto a Dalí tiene dos importantes cuadros en el Museo Erótico: “Venus y el amor” (1971), donde aparece una Diosa acompañada de Cupido, y “El juicio de París” (1981) de carácter claramente surrealista y en el que se representa la historia del príncipe troyano que rescató a Helena, y resalta los desnudos de Hera, Afrodita y Atenea. Otro cuadro presente en una de las salas es “Las siete artes” (1980) una colección de platos de porcelana, en la que el pintor ampurdanés expresa su visión de los siete artes.
Dentro del MEB tiene una denodada labor la sexóloga Sigrid Cervera, que se encarga del componente didáctico, de forma que organiza tours compuestos por gente de diversas edades, e incluso estudiantes de institutos. En relación a ello significa: “El MEB ha hecho una clara apuesta por el estudio e investigación desde el marco sexológico.”. Y señaló también en la inauguración de las dos nuevas salas, su deseo de “profundizar en el estudio de los sexos a través de la historia del arte erótico, de tal forma que el museo no sólo es un lugar en el que expone al público objetos y obras de interés cultural, sino también un espacio para aprender , donde la educación sexual tiene cabida”.
Las salas del Museo se van renovando, sin que desaparezcan las colecciones de arte en la Edad Media, el Kamasutra, el arte erótico japonés y sus geishas y otras vertientes de la historia a través del sexo. Tuvimos ocasión de ver un libro titulado “Historia del Kamasutra catalán”, como una de las novedades.