Un sumatorio que no puede tener otro efecto inmediato que la risa sin que falte la reflexión. Porque a 'La Paz', la comedia en contra de la guerra que creó Aristófanes hace más de 2.400 años, se sumó en 1977 con sus retoques, humor y talento barroco Francisco Nieva, y por si faltara algo, ahora lo hace el cómico Joaquín Reyes. El albacetense pone la guinda del protagonismo de 'La Paz', encarnando a Trigeo, el personaje central de la obra, acompañado por un excelente reparto que completan Sara Escudero, Laura Galán, Carlos Troya, Oedro Ángel Roca, Nerea Moreno, Ángeles Marytín y Astrid Jones. Una paz muy especial y atractiva, que para orientar más al espectador añade de subtítulo 'Celebración grotesca sobre Aristófanes', y que bajo la dirección de Rakel Camacho, tras pasar con éxito por el Festival de Mérida, se estrena ahora en los madrileños Teatros del Canal el próximo miércoles 2 de octubre.
Debutante en el teatro como actor, Joaquín Reyes ha dado la razón a la directora de esta obra cuando apostó por él, aunque le costó lograr convencerlo, de lo que Rakel no se arrepiente, sino todo lo contrario, cual comenta a nuestro periódico con las siguientes loas: "Joaquín es un artista único. Su actuación es contemporánea, elegante, audaz, además de ser muy natural". A lo que agrega que el cómico atrae especialmente cuando se lleva la acción y el texto a su terreno, "y sabe jugar y entregarse con total confianza".
En definitiva que 'La Paz' es un espectáculo total liderado por la comedia, la música y un gran elenco versátil y cualificado para cantar, bailar y ofrecer actuaciones de gran calidad. Partiendo de la facundia que el universo 'Nievaristofánico' nos brinda con esta obra sarcástica, vamos a crear una obra con gran sentido de la espectacularidad en el que la música y la plástica escénica cobrarán un valor fundamental, como es habitual en el trabajo de la directora Rakel Camacho.
Dentro de una propuesta contemporánea, se ensambla la tradición teatral clásica con los diferentes lenguajes escénicos, constructores de todo un alarde de creatividad escénica para habitar el teatro romano de Mérida como merece. Las claves y puntos fuertes de La Paz serán el humor, el espectáculo visual, la danza, la música, la performatividad, el teatro físico y todo aquel recurso que potencie la expresividad y disparate de esta comedia en la que La Paz vence a La Guerra.
El argumento de Aristófanse se desarrola con Atenas en guerra y Trigeo, viñador del Ática, emprende el acto heroico de traer la Paz a su ciudad. Una mañana se levanta con el deseo quijotesco, incontenible, de subir al Olimpo para pedir explicaciones a los dioses. Cual caballero andante que no parará hasta deshacer el entuerto, lo hará cabalgando a lomos de su escarabajo gigante (animal muy valorado en el universo mitológico de Aristófanes). La fábula de esta comedia, fruto irreverente de la unión entre el teatro de Nieva y el de Aristófanes (autor original), es una invocación a la diosa Paz, con todas las dificultades que esta noble voluntad conlleva…
Los esclavos atenienses, amasan excrementos que utilizarán para alimentar al escarabajo pelotero gigante que Trigeo usará para volar a una reunión privada con los dioses. “En este preciso punto, comenzará la función a la clara voz de ¡MIERDA! “, anuncia Corifeo. Cuando Trigeo llega a la casa de los dioses, solo Hermes está allí; los otros dioses se han ido a un refugio remoto con la esperanza de que nunca más serán molestados por la batalla, pero La Guerra acecha, victoriosa como un huracán…
A Trigeo le cuentan que La Paz está prisionera, maltratada, cadavérica, en una cueva cercana. Corifeo, coro y todo aquel que se precie como humano en vías de civilización, llevará a cabo el rescate para instaurar el pacifismo. En "La Paz" impera lo mixto y lo incoherente, la alegoría y el símbolo, hay en ella utopía y escapismo, si se quiere, de la sociedad. Domina la fantasía. Espectáculo y público saben que pertenecen al plano irreal del teatro y de la fiesta dionisíaca, a su libertad restringida en el espacio y en el tiempo…