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Inicio de faena, de rodillas, de Ginés Marín al último de la tarde.
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Inicio de faena, de rodillas, de Ginés Marín al último de la tarde. (Foto: Circuitos Taurinos)

Colmenar Viejo: pellizcos de toreo de Marín y vulgar rutina de Castella y Manzanares

lunes 26 de agosto de 2024, 23:19h
Otro festejo en La Corredera en el que no pasó casi nada en lo que se refiere al toreo de verdad, y van… Sólo en el último de la función se acercó algo a ello Ginés Marín, lo poco que le dejó su enemigo, que como el resto de los lidiados -con pitones sospechosos, aunque, eso sí, no escandalosos como en la primera del abono- y tantos y tantos de la factoría industrial Cuvillo, S.A. andaba escaso de fuerza y sobrado de sosería. Al menos el extremeño levantó los ánimos con breves ráfagas con percal y sarga. Mientras que las dos figuras que hicieron el paseíllo -y poco más- Castella y Manzanares anduvieron por allí de oficio y sin mucho compromiso.

Ese oasis de Marín, que nada dijo en su anterior, quizás entonces contagiado de la abulia rutinaria de sus compañeros, comenzó con una serie de hermosas y arrebatadas verónicas y siguió con un quite -el único de la tarde- por chicuelinas de mano baja. Con indudables ganas de triunfo, tras brindar al cotarro, el coletudo se hincó de rodillas para una tanda de redondos templados y ligados, que continuó en pie.

No era para tirar cohetes, no era la desconcatenación astral, mas comparado con las plúmbeas labores de Castella y Manzanares, semejaban oro puro. Pero tras un par de tandas de naturales, el animal, como todos, claudicó muy pronto y entonces Marín apostó por el arrimón con el péndulo y las espaldinas, ganándose una oreja con más o menos merecimiento, pero mayoría de pañuelos.

Estadísticamente también Manzanares echó otra en su esportón en su primero, tan flojo como los demás pero que sacó un punto de codicia que llegó a desbordarle, aunque el alicantino se tapó -ante los no entendidos, la mayoria del público-, con su falsa elegancia y falso empaque a un metro del animal y metiendo pico. O sea, un Manzanares en estado puro y tras una buena estocada se llevó el trofeo con una minoritaria petición que no importó al usía Eutimio Carracedo, siempre tan obsequioso con las figuras.

Tampoco el alicantino se comprometió en demasía con el quinto, más bien repitió otra de sus faenas ventajistas como la de su anterior burel. Claro que para falta casi total de compromiso, ahí estuvo Castella, jugueteando a su manera con los de su lote sin decir nada. Pero, como Manzanares sumando un festejo más, que debe ser lo único que les importa.

FICHA

Toros de NÚÑEZ DEL CUVILLO, bien presentados, de diferentes pelajes, noblotes, sosos, muy flojos (el 2º fue devuelto por inválido al corral, saliendo el sobrero) y sospechosos de pitones. SEBASTIÁN CASTELLA: silencio; ovación. JOSÉ MARÍA MANZANARES: oreja; ovación. GINÉS MARÍN: ovación; oreja. Colmenar Viejo, 26 de agosto, 3ª de feria. Media entrada.

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