Golpe parlamentario y político muy fuerte que se llevó el Gobierno de Pedro Sánchez ayer martes, con Junts imposibilitando aprobar el primer paso para sacar adelante los Presupuestos de 2015 y también la reforma de la Ley de extranjería.
Nadie lo dice clara y oficialmente, pero parece formar parte de un claro plan de chantaje político de Junts para que el PSOE le permita gobernar en Cataluña, donde Carles Puigdemont quedó segundo en las elecciones autonómicas y no podrá controlar la Generalitat si Salvador Illa, ganador en las urnas, no se aparta.
Junts fue muy duro con el Gobierno y no dio lugar a sacar adelante el reparto de menores extranjeros no acompañados que formaba parte del plan del Ejecutivo con Coalición Canaria para reformar la Ley de extranjería. Los catalanes se unieron a PP y Vox para tumbar la intentona de los de Sánchez y sus socios de izquierda y nacionalistas.
Un doble revés de Junts
Este doble revés de Junts al Ejecutivo ha sentado mal y aunque de cara a la galería intenta evitar un perfil de derrota, lo cierto es que fue una jornada muy negra para sus intereses.
El Congreso rechazaba los objetivos de déficit del techo de gasto para 2025 porque Junts decidió a última hora sumar su voto a los de PP y Vox. Un golpe fuerte para aprobar los futuros Presupuestos de 2025 y que tenía lugar después de que Sánchez anunciara que se reuniría un día después, hoy miércoles, con el president catalán, Pere Aragonès, de Esquerra.
Se supone que la reunión, más allá de la categoría institucional entre presidentes, va a ser una cita cuyo objetivo principal es rematar el posible pacto entre socialistas y republicanos para sacar adelante un Govern de Salvador Illa con apoyo externo o interno de ERC. Algo que podría haber enojado a Junts y Puigdemont, quien habría lanzado esta advertencia de última hora: si no tienen para ellos el Palacio de la Generalitat no habrá legislatura para Sánchez en Madrid.
También Junts se encargó de tumbar la reforma de la ley de Extranjería, que perseguía fijar un sistema obligatorio de reparto de menores migrantes no acompañados que llegan a nuestras costas. Hubo 177 votos en contra y 171 a favor después de que los catalanes se unieran a la oposición, liderada por el PP y con Vox como segundo en la fórmula.
Mientras, Puigdemont espera una respuesta formal, pero si el PSC insiste en hacerse con el Govern catalán parece que ésta sería la constante parlamentaria para el Ejecutivo central, que perdería su mayoría de la investidura.
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