Salió a revientacalderas Isaac Fonseca en su segundo enemigo tras obtener una merecida oreja del otro y buscando esa Puerta Grande de Madrid que varias veces ha rozado como novillero y como matador, sí. Pero no quisieron los hados del destino, en forma de toro de lidia, un animal áspero que había ido desarrollando peligro hasta que le cazó a traición, o sea, por la espalda, en un pase de pecho y se acabó la ilusión para el mexicano. No obstante, realizó lo único destacado de la tarde, en plan artístico, en el anterior echando una oreja en el esportón. Con un encierro de tres divisas unidos por su descastamiento general, Francisco José Espada también sufrió un percance, aunque sin herida por asta, y un vulgarísimo Juan Leal con su destoreo aburrió a los bichos y al cotarro.
Dentro del desastre ganadero de los titulares de Sepúlveda de Yeltes, el remiendo de Torrestrella y el sobrero de Chamaco, sorprendió al llegar a la muleta ese tercero, por cierto posiblemente el de peor presencia de todo el abono, que tiene mérito la cosa -o demérito, ustedes elijan-. Porque el animalote, tan manso y huérfano de casta hasta ese momento, sacó un ounto de codicia y embestía humillando.
No duró mucho, pero Fonseca, que lo había recibido con cinco buenas verónicas y una media de mucha hondura, se fue al platillo, y de hinojos, se lució cono una serie sobre la derecha que luego mejoró, ya en pie, en los naturales, muy reunidos y mandones. Después, echándole la flámula al hocico, lo embebió con clase y vaciando mucho el viaje.
Como acertó coun la estocada espectacular, volcándose en el morrillo, coró una oreja de fuste.Ya el Torrestrella era diferente, un toro también sin trapío al que tapaba algo la cara, y que en cuanto se vio dominado por el mexicano fue desarrollando sentido hasta que le cazó. Si Fonseca estuvo bien, es justo y necesario mencionar a sus subalternos de toda la vida, que habían saludado en el primero del lote: Juan Carlos Rey y Tito con los palitroques y Raúl Ruiz por su extraordnaria brega.
También visitó la enfermeróa Espada, al que volteó de forma espectacular su descastado segundo dando idea de que llevaba una cornada, que sin embaro por fortuna no se confirmó, pero sí el golpetazo que le infringió. El fuenlabreño quedó prácticamente inédito porque su anterior de Chamaco era un cabestro, un mulo con cuernos con el que cualquier intento de toreo era misión imposible.
Como imposible para la ortodoxia y el clasicismo pareceieron las faenas o lo que fuera aquello de Leal, que igual no se enteró de que pisaba el albero venteño, con dos actuaciones -y de regalo el que mató tras el percance de Espada, pues con el de Fonseca abrevió -repitiendo en todos una actuación ventajista y, lo que es peor, de plaza de talanqueras.
Hasta el punto de que, cansado el público de tanta 'vulgarité' por parte galo le premió con palmas... de tango y le pitó cuando después de endilgarle a los bichos tropecientos mil mantazos intentaba seguir por esa línea. Al menos algo bueno dejó la familia Leal, ya que su hermano Marc saludó tras parear muy bien al cuarto.
FICHA
Cuatro toros de SEPULVEDA DE YELTES, justos de trapío, con 3º chico; mansos, nobles, flojos y desscastados excepto 3º. 2º, sobrero de CHAMACO, en sustitución de uno de la divisa titular devuelto por inválido: feo, flojo, manso y descastado. 6º de TORRESTRELLA, mal presentado, descastado y violento. JUAN LEAL: silencio; silencio tras aviso; silencio en 5º y 6º, que mató por los percances de Espada y Fonseca. FRANCISCO JOSÉ ESPADA: silencio. ISAAC FONSECA: oreja. Plaza de Las Ventas, 2 de junio, 22ª de Feria. Dos tercios de entrada (15.755 espectadores, según la empresa). Enfermería: Fonseca sufrió herida en cara posterior hemotórax izquierdo. con una trayectoria ascendente de 20 cm y que produce destrozos en músculos dorsal archo y paravertebrales, alcanzando y contusionando parrilla costal y apófisis espinosas dorsales. Puntazo corrido 1/3 superior muslo derecho. Pronóstico Grave. Y Espada sufrió traumatismo craneoencefálico occipital con scalp.Pronóstico reservado.