El paso de Federico García Lorca (1898-1936), durante unos meses por la ciudad de los rascacielos dejó como testimonio poético una de sus obras más desgarradoras, de resonancias más profundas y de resultados más gigantes e inaprehensibles, que sigue siendo una de las más estudiadas, su ‘Poeta en Nueva York’, escrito entre 1929 y 1930, pero que no se publicó hasta 1940, cuatro años después de su asesinato al comienzo de la Guerra Civil española.
Ahora, en la Sala Fernando Arrabal (Nave 11), de Naves del Español en Matadero Madrid Carlos Marquerie dirige un hermosísimo montaje teatral sobre ‘Poeta en Nueva York’, en donde funde poesía, marionetas, teatro, danza y música a partir del poemario. Está interpretado con verdadera pasión por Niño de Elche, Elena Córdoba, Manuel Egozkue, Clara Pampyn, Jesús Rubio Gamo y Enrique del Castillo, y cuenta con dramaturgia de Pedro G. Romero y el propio Marquerie y dirección musical, arreglos y música original de Niño de Elche.
Calificados muchas veces de surrealistas, los poemas de ‘Poeta en Nueva York’ expresan el horror ante la falta de raíces naturales, la ausencia de una mitología unificadora o de un sueño colectivo que den sentido a una sociedad en donde la despersonalización, la violencia, las diferencias económicas y de clase, y la discriminación en función del color con el que uno haya nacido, marcan la existencia del individuo. Eso en lo tocante al ámbito personal, porque el social estaba también marcado en aquellos años convulsos que, en poco más de una década, vieron el crack de 1929, la posterior Gran Depresión, que se hizo notar en todo el globo; el ascenso paralelo de las dictaduras europeas y, finalmente, el estallido de la II Guerra Mundial… Por eso Marquerie subraya en la presentación de su espectáculo que este ‘Poeta en Nueva York’`“es más que una colección de poemas, hay acción bajo sus versos. Trasladar el poemario a la escena es restituir la performatividad que encierran sus páginas y, con ellas, su historia y sus huecos”.
La pieza está dividida en seis paneles escénicos a partir de la obra de Lorca: Poemas de soledad en Columbia University, El rey de Harlem, Calles y sueños/Danza de la muerte, Oda a Walt Whitman, Introducción a la muerte y Crucifixión. La interacción y el manejo por los actores y bailarines con las marionetas ideadas por Marquerie y desarrolladas junto a David Benito y Raquel Cervilla, es fascinante y evoca el teatro de marionetas japonés, bunraku, el jorhuri (recitación) y el ningyo (figura humana o marioneta). Toda una combinación plástica y conceptual que fusiona las artes de Occidente con las de Oriente y que así da un sentido aún más universal a la obra de Lorca.
La música de Niño de Elche es elemento fundamental yvertebrador en la propuesta, repleta de diversos espacios sonoros en diálogo constante con las palabras del poeta y las imágenes plásticas sugeridas por Carlos Marqueríe. Y esos sonidos van desde el susurro onomatopéyico hasta la música industrial, repetitiva, irracional, inquietante y también, en cierto modo, alienante que parte del umbráfono (un dispositivo musical que convierte en sonido los impulsos luminosos de un lector óptico), de Enrique del Castillo, combinados con momentos evocadores de la música del propio García Lorca en versiones personalísimas e hipnotizantes de un magnífico Niño de Elche.
La belleza plástica del conjunto es siempre absorbente durante las algo más de dos horas de duración del espectáculo, milimétricamente construido con ayuda del espacio escénico diseñado por Max Glaenzel, el vestuario de Cecilia Molano, el sonido de Emilio Valtueña, la composición de piezas sonoras para umbráfono de Enrique del Castillo, y las proyecciones de David Benito.
Y, cuando el final del poemario de Lorca visto por Marquerie funde a negro, aún resuenan en el cerebro del espectador las palabras profundas, sentidas, doloridas, resignadas y estremecedoras del poeta, surgidas ahora desde las mismas entrañas de Jesús Rubio Gamo evocando a Whitman:
“… Contra vosotros siempre, que dais a los muchachos
gotas de sucia muerte con amargo veneno.
Contra vosotros siempre,
Faeries de Norteamérica,
Pájaros de la Habana,
Jotos de Méjico,
Sarasas de Cádiz,
Ápios de Sevilla,
Cancos de Madrid,
Floras de Alicante,
Adelaidas de Portugal.
¡Maricas de todo el mundo, asesinos de palomas!
Esclavos de la mujer, perras de sus tocadores,
abiertos en las plazas con fiebre de abanico
o emboscadas en yertos paisajes de cicuta...”.
‘Poeta en Nueva York’
A partir de la obra de Federico García Lorca
Dirección: Carlos Marquerie
Dramaturgia: Pedro G. Romero y Carlos Marquerie
Dirección musical, arreglos y composición música original: Niño de Elche
Coreografía: Elena Córdoba
Con: Niño de Elche, Elena Córdoba, Manuel Egozkue, Clara Pampyn, Jesús Rubio Gamo y Enrique del Castillo
Diseño de espacio escénico: Max Glaenzel
Diseño de iluminación: Carlos Marquerie
Ayudante de iluminación: Cristina Bolívar
Diseño de vestuario: Cecilia Molano
Confección de vestuario: Isabel López Gómez
Diseño de sonido: Emilio Valtueña
Composición de las piezas sonoras del Umbráfono: Enrique del Castillo
Dibujo y concepción de las marionetas: Carlos Marquerie
Desarrollo marionetas: Carlos Marquerie, David Benito y Raquel Cervilla
Proyecciones: David Benito
Producción ejecutiva: (Teatro Kamikaze) Pablo Ramos Escola
Dirección de producción: (Teatro Kamikaze) Jordi Buxó y Aitor Tejada
Ayudante de dirección: David Benito
Agradecimientos: Laura García Lorca y Andrés Soria por su generosidad y hospitalidad, Gerardo Aparicio por sus dibujos y Sélam Ortega por su paciencia y comprensión
Una coproducción de Teatro Español y Teatro Kamikaze con la colaboración de la Fundación Federico García Lorca
Naves del Español en Matadero, Madrid
Hasta el 2 de junio de 2024