La Compañía Exlímite, con sede habitual en el madrileño barrio de Usera exhibe ahora en Teatros del Canal (¡ojo!, sólo hasta el 19 de mayo), su última y logradísima creación, ‘Ficciones’, a partir de un texto de Fernando Delgado-Hierro y bajo la dirección de Juan Ceacero. Se trata de una arriesgada, extraña, loca, surrealista, dadaísta e hipnotizante fiesta sin un objeto determinado en la que entran, salen, crecen, menguan, fluyen y se estancan a la vez un buen número de personajes extraordinariamente habitados por cuatro actrices y un actor que disfrutan extraordinariamente con su trabajo en escena y transmiten esa fiesta de la incertidumbre de la vida al patio de butacas durante dos horas y cuarto de función. O, mejor dicho, incluso antes de comenzar a discurrir la fábula que contiene varias historias entrecruzadas, de sabor cinematográfico y teatral a la vez, sobre el escenario de la Sala Negra de los Canal a ritmo de mambo, que luego deriva en sonidos que van de algunos estándares clásicos hasta Enya o al propio David Bisbal.
Las espléndidas figuras sobre las que pivota la responsabilidad de esa chispeante fiesta loca, impredecible, sorprendente, animada y terrorífica a la vez, son Javier Ballesteros, Ángela Boix, Leticia Etala, Beatriz Jaén y Macarena Sanz (sustituida en algunas funciones por Belén de Santiago). Indico a los protagonistas de ‘Ficciones’ por riguroso orden alfabético porque es empresa imposible tratar de destacar la labor de alguna de ellas con respecto al resto, en un constante, rapidísimo cambio de personajes, muchas veces compartidos por todos ellos. Sus interpretaciones son magníficas, hilarantes, desinhibidas, con frecuencia también metateatrales y componen un totum revolutum divertidísimo e impredecible que mantiene al espectador absolutamente enganchado en esa serie de historias de ininteligible concreción y a medio camino entre la realidad y la ficción que discurre por lenguajes y códigos teatrales heterogéneos (proyecciones, texto, danza, canciones o música).
Sólo por aquello de que del crítico se espera, al menos, una síntesis de lo que el espectador va a terminar viendo, me veo en la obligación de reseñar que, al menos serán estas cuatro historias: una Alfarera que se enamora perdidamente por internet de un hombre con una enfermedad rara, que se traduce en múltiples pústulas sobre la piel; una actriz de Torrelaguna que se bloquea en cada uno de los castings a los que acude y que, en consecuencia, su representante acaba por negarle su apoyo en las redes; una guionista colgada por su novio que, cuando sus relaciones regresan a las horas bajas, advierte que le va creciendo un extraño tumor en un costado, que termina siendo la cabeza de un bebé muy particular; y la cuarta, la de una mujer a la que ,sin venir a cuento, se le van cayendo, uno a uno, los dientes de la boca, que ruedan por el suelo del escenario al compás de una cabeza que también se hace un hueco en ese infierno de lo imaginable.
Las historias, incluso, son lo de menos , porque la verdadera fiesta está en las excelentes interpretaciones de todo el elenco, capaz de sumergirse con idéntica pasión entre los personajes citados, o la entrañable recreación de figuras literarias como Jorge Luis Borges (autor, por cierto, de unas Ficciones, que acaso también persigan estas de Delgado-Hierro y Ceacero), la saga de los Panero (Leopoldo María, Michi, Juan Luis….), y Felicidad Blanc, la escritora Mariana Enríquez, de cantantes como María Callas, políticas como Marie Le Pen, filósofos como Young, personajes como Dumbledore de Harry Potter o cantantes como David Bisbal. Un cuadrilátero en el que pugnan por abrirse paso tan distintas y distantes figuras no pueden ser más que la conclusión de un extraño sueño o de una incipiente locura de quienes las han hecho posible. Locura o sueño, qué más da, el hecho cierto es que sueños como ese sólo son posibles en nuestra imaginación o sobre las tablas de un escenario, como es el caso.
Ajustadísimos la imaginativa escenografía de Pablo Menor Palomo; el primoroso vestuario de Ikerne Giménez; la fina iluminación de Rodrigo Ortega; el rico espacio sonoro de Daniel Jumillas, y la precisa asesoría de movimiento de Ángel Perabá.
La conclusión es que una obra como esta, que tanto me recuerda a aquel Mariguerri de Un bar bajo la arena, de José Ramón Hernández, que daba hermosa y loca cabida a personajes reales y de ficción, y a aquellos otros Seis personajes en busca de autor, de Luigi Pirandello, que tienen en común con estas ‘Ficciones’, el ser textos de extraordinaria calidad, que han dado lugar a montajes singulares y que atraviesan al espectador dejándoles inesperadas y hermosas heridas de las que ya nunca podrá desprenderse.
Desde luego, este ‘Ficciones’, cuarto montaje de Exlímite (los anteriores fueron Iliria, Los Remedios y Cluster, cuyas reseñas críticas puedes encontrar en estas mismas páginas electrónicas), es quizás el más arriesgado, elaborado, personal, complejo, divertido e híbrido de todos ellos. ¡Imprescindible!
‘Ficciones’
Concepción y dirección: Juan Ceacero
Texto: Fernando Delgado-Hierro
Creación: Juan Ceacero, Fernando Delgado-Hierro y el elenco de La Compañía
Elenco: Javier Ballesteros, Ángela Boix, Leticia Etala, Beatriz Jaén, Macarena Sanz / Belén de Santiago,
Escenografía: Pablo Menor Palomo
Vestuario: Ikerne Giménez
Iluminación: Rodrigo Ortega
Espacio sonoro: Daniel Jumillas
Ayudante de dirección y regiduría: Majo Moreno
Auxiliar de dirección: Inés Gasset
Coordinador técnico: Enrique Chueca
Asesor de movimiento: Ángel Perabá
Comunicación y vídeo: Inés Sánchez
Fotografías: Carla Maró
Cartelería y diseño gráfico: Estudio creativo [La dalia negra]
Asesor artístico: Gérard Imbert
Distribución: Iñaki Díez
Producción: María Martínez Rivas
Dirección de producción: Elena Martínez
Una producción de La Compañía Exlímite en coproducción con Teatros del Canal
Teatros del Canal, Madrid
Del 7 al 19 de mayo de 2024