Ayer, dos responsables del BCE señalaban que la institución monetaria debería optar por nuevas subidas de los tipos de interés, ya que la inflación podría ser aún mayor de lo esperado. Por un lado, Isabel Schnabel, miembro del consejo y conservadora declarada, considera que hay que seguir dependiendo en gran medida de los datos y pecar de hacer demasiado en lugar de demasiado poco. Su temor es compartido por el gobernador del banco central eslovaco.
En su opinión, si el BCE no consigue erradicar la inflación ahora, ésta podría enquistarse en la economía, obligando a mantener una política restrictiva durante aún más tiempo y causando dificultades a los consumidores de la zona euro más allá de lo necesario. Por lo tanto, "la continuación del endurecimiento de la política monetaria es el único camino razonable". Menos categórico se muestra el economista jefe de la institución para quien es probable que el BCE vuelva a subir tipos el mes que viene, aunque es demasiado pronto para predecir la decisión de la reunión de septiembre. Estos comentarios abren el debate sobre la política monetaria de la zona euro en un momento en que la inflación se está desacelerando, pero el rápido crecimiento de los salarios y la fuerte demanda de servicios pueden frenar este movimiento.
Mientras tanto, la rentabilidad de la deuda pública británica a dos años alcanzaba ayer un nuevo máximo de 15 años en el 5,08%, en un mercado que prevé otra probable subida de los tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra este jueves.