Manuela está harta, y cansada de que la utilicen como moneda de cambio. Diríase que ella y solo ella podría desbancar a Almeida de la Alcaldía al convertirse en ese oscuro objeto de deseo de la izquierda municipal madrileña. Se dice que El Cid ganó una batalla después de muerto. Los árabes lo vieron salir del castillo cabalgando de nuevo sobre su caballo y del miedo que eso les produjo huyeron sin empezar la batalla. Pero Carmena está muy viva y aunque su fama la preceda, como al Cid, sabemos que en realidad no era inmortal, porque el guerrero castellano solo había sido atado a su fiel caballo Babieca para asustar a los árabes.
Algo de eso está pasando en la izquierda del nuevo “Magerit”, en el Madrid del presente año electoral. Quizá porque el nombre original de nuestra ciudad fue “Mayrit”, palabra procedente del árabe que podría significar “abundancia de agua”. Y todo apunta que los distintos candidatos que buscan el apoyo de la exalcaldesa se ven con esa misma agua al cuello. Las encuestas no les son favorables individualmente, ni sumando y el tiempo apremia.
El disputado apoyo de Carmena se entiende mal por las partes, De Reyes Maroto, a Rita Maestre, Luis Cueto o Sotomayor y sin embargo traslada lo mismo a todos: “Ni contigo ni sin ti”. Ciertamente tan claro como confuso, pero con la certeza de que una cosa es tender la mano a toda la izquierda para impedir que repita la derecha y otra bien distinta que se la pretenda atar al fiel Babieca del Cid para ganar esta batalla. Porque quien conoce a Manuela, sabe que no admite atadura alguna y cuanto más se empeñen en monopolizarla menos posibilidades de verla montando en esta campaña electoral.