Tal y como ya empezó a gestionar el Gobierno con los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera, enterrado en la basílica del Valle de los Caídos -ahora llamado Cuelgamuros-, le llega esta vez el turno a Queipo de Llano.
El Ministerio de Presidencia y Memoria Democrática ha notificado a la Hermandad de La Macarena, que gestiona la basílica de la Macarena en Sevilla, que debe proceder "a la mayor brevedad" para cumplir con la Ley de Memoria Democrática y por tanto exhumar los restos mortales del general Gonzalo Queipo de Llano. También de Francisco Bohórquez Vecina.
La carta es la respuesta a la entrada en vigor la pasada semana de la nueva ley de Memoria Democrática, que obliga a que personas que tuvieron implicación en el Golpe de 1936 no puedan descansar en lugares públicos, que lógicamente no sean cementerios u osarios.
Queipo de Llano fue uno de los máximos cargos militares responsables de la sublevación de 1936, y después fue implacable en Andalucía ante los vencidos tras la Guerra Civil. Sin embargo, su cuerpo reposa desde 1951 cerca de la Virgen de Macarena en la capital andaluza.
Muchos de los miembros de la hermandad creen que esta polémica viene de lejos y que lo mejor sería un final rápido y definitivo a una historia que se alarga en el tiempo.
En la basílica también están los restos de Bohórquez Vecina, considerado responsable de la ejecución de sentencias contra los vencidos en la Guerra.
La carta del ministerio
En la carta, el Ministerio explica que la decisión "pretende cerrar una deuda de la democracia española con su pasado y fomentar un discurso común basado en la defensa de la paz, el pluralismo y la condena de toda forma de totalitarismo político que ponga en riesgo el efectivo disfrute de los derechos y libertades inherentes a la dignidad humana".
La norma explica que "los restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936 no podrán ser ni permanecer inhumados en un lugar preeminente de acceso público, distinto a un cementerio, que pueda favorecer la realización de actos públicos de exaltación, enaltecimiento o conmemoración de las violaciones de derechos humanos cometidas durante la Guerra o la Dictadura".
Por todo esto, en la carta se reclama al responsable de la Hermandad que acceda a la exhumación "como muestra de respeto hacia las victimas y sus familiares" y facilite "al máximo" y "a la mayor brevedad posible" la realización de los trámites para trasladar los restos de ambos personajes históricos señalados.