La actividad empresarial en la zona euro profundizó su caída el mes pasado, socavando con ello las esperanzas de que el bloque pueda evitar la recesión. El índice compuesto final de gestores de compras (PMI) de S&P Global para la zona, considerado un buen indicador de su salud económica, cayó a un mínimo de 20 meses de 48,1 puntos desde los 48,9 de agosto, por debajo de una estimación preliminar de 48,2.
El indicador señala que las empresas y los consumidores se muestran reticentes a gastar más, con unos precios energéticos ya altos y que probablemente suban más. El PMI del sector servicios, dominante en el bloque, cayó hasta 48,8 puntos desde los 49,8 anteriores, su nivel más bajo desde febrero de 2021. La actividad de los servicios se debilitó en Alemania, Italia y España, y en Francia el crecimiento fue más débil que la estimación preliminar, aunque más rápido que en agosto. En Reino Unido, los negocios sufrieron la mayor contracción de la actividad desde finales del año pasado.
Los datos de ayer siguen a los publicados el pasado lunes que mostraron que la actividad manufacturera en la eurozona se redujo aún más el mes pasado, ya que el creciente aumento de la inflación afectó a la demanda, mientras que el aumento de la factura energética limitó la producción. La combinación de estos factores negativos ha hecho que el optimismo se haya debilitado. El índice de expectativas de las empresas de servicios cayó a 53,6 desde 56,6, su nivel más bajo desde mayo de 2020, cuando la pandemia de coronavirus se estaba consolidando en el mundo. Con todo, de cara al futuro, los datos adelantados de los PMI pintan un panorama sombrío.