Mañana el socialdemócrata Olaf Scholz será investido como nuevo Canciller de Alemania, poniendo fin a los 16 años de mandato de Angela Merkel. Dos meses después de que el partido el partido socialdemócrata (SPD) ganase las elecciones, ha logrado alcanzar un acuerdo con el Partido Democrático Libre (FDP) y Los Verdes para formar gobierno.
El FDP tendrá cuatro miembros en el nuevo gobierno y entre ellas, el ministerio de Finanzas al frente del cual va a estar el líder del partido, Christian Lindner, conservador desde el punto de vista fiscal, defiende la ortodoxia presupuestaria, rechaza las subidas de impuestos y el endeudamiento. Además, está radicalmente en contra de financiar deuda de otros países con dinero alemán, y cunde la inquietud por si se avecinan tiempos de enfrentamiento con los países que defienden una mayor integración europea.
La posición alemana será determinante, por ejemplo, en las discusiones sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, que fija límites rigurosos al endeudamiento de los gobiernos. Los liberales se alinean con los llamados frugales, los países del norte y el centro de Europa (especialmente Holanda, Suecia, Dinamarca y Austria) que quieren que las normas fiscales que quedaron suspendidas al comienzo de la pandemia vuelvan a entrar en vigor en 2023.
La Europa del sur, con Francia, Italia y España a la cabeza, defiende que es el momento de cambiar el pacto y liberar a los países de la rigidez en el gasto público, que castigaría el crecimiento tras la crisis de la covid-19.