A principios de este mes, el Banco de la Reserva de Australia anunció que recortaría sus compras de bonos en septiembre a 4.000 millones de dólares australianos por semana desde los actuales 5.000 millones, debido a unos informes económicos mejores de lo esperado. Desde entonces, tres de los seis estados de Australia han vuelto a aplicar restricciones y la ciudad más poblada del país y motor de su economía, Sídney, está bajo las restricciones más severas desde que comenzó la pandemia en 2020. Por ello, el panorama económico a corto plazo se ha deteriorado y se empieza a considerar la posibilidad de que el banco central de marcha atrás en su decisión cuando su consejo de gobierno se reúna el 3 de agosto. El debate sobre la reversión de la medida se produce cuando la mayoría las previsiones apuntan que la economía de Australia se contraerá en el tercer trimestre, su primera contracción desde junio de 2020.
Los temores a que la expansión de la variante delta del coronavirus suponga un freno a la recuperación y reapertura económica a nivel global está determinando el movimiento en los mercados. Los inversores continúan comprando renta fija. Ayer, los rendimientos de los bonos alemanes caían a su nivel más bajo desde febrero, llevando a toda la curva de rendimiento alemana a punto de entrar en negativo. El mercado de bonos no reaccionó a los datos de los precios de producción alemanes que mostraron un aumento en mayo del 1,3% intermensual y del 8,5% interanual, el mayor aumento desde 1981.