Te matan al grito de Maricón, pero la policía no ve delito de odio. El mero hecho de que se siga usando la palabra Maricón como insulto, ya denota algo hacia el colectivo LGTBI, pero la policía, no acaba de verlo.
Escalofriante es el tuit de Alfredo Perdiguero, subinspector de policía que fuera en las listas de VOX.
"No lo sabían porque no le conocían Marta. Y cuando pasó, estaba con chicas. De ahí que los investigadores, compañeros míos, prácticamente desde el minuto uno, por como lo relataron, descartaron la agresión homófoba"
Si a usted le agreden al grito de ¡Maricón! porque alguien piensa que usted puede serlo, es homofobia, sea usted gay o no.
Piden que no se mediatice que las agresiones al colectivo LGTBI aumentaron un 15% en este año (que por pandemia apenas se ha podido salir). Que no se mediatice que por no cumplir con sus estándares de tóxica masculinidad y sumisa feminidad se insulte y se den palizas, o como en el caso de samuel, se te asesine a golpes.
El asesinato de Samuel afecta a un colectivo que recorre la sociedad en todas direcciones y al que se está agrediendo solo por existir. Diez agresiones homófobas se cuentan solo en los últimos siete días.
Otro caso es el de Valencia, donde la policía trató de desincentivar este fin de semana, a dos jóvenes que sufrieron una agresión homófoba, para que no pusieran la denuncia, diciendo que no servía de nada.
Partidos políticos que pregonaron históricamente contra la aceptación del colectivo, se aúpan estos días al poder, como es el caso de Andalucía, Madrid o Galicia, mientras se blanquea un discurso abiertamente homófobo desde las instituciones, que no es más que la enésima amenaza a la convivencia pacífica de los españoles
Hay un terrorismo político e ideologizado que señala a todo aquél que no cumple los cánones del corsé de familia modélica que defendieran los nazis en Alemania y el fascismo en España. Una España que jamás fue des-nazificada y cuyas consecuencias perduran en la actualidad.
No toda la policía es igual, pero los casos impunes de agentes que tapan la violación de derechos humanos para defender ideologías jurásicas, ensombrece a un cuerpo que debiera ser respaldo de quienes sufren las injusticias, no de quienes las perpetran.