Más que la cola de las vacunas y sus saltos fuera de protocolo me preocupan las “vacunas en cola”. Esas vacunas prometidas por las farmacéuticas que no acabarán de llegar en plazo según comunican a la propia UE, y arriesgan poder conseguir a tiempo la tan necesaria inmunidad de rebaño.
Y el rebaño madrileño está revuelto, sigue desorientado y está cada vez más cansado, ante el anuncio de falta de vacunas frente a un virus cada vez más activo, sea de la cepa británica o brasileña. Y así, en medio de todo esto, el ministro de Sanidad Salvador Illa cambia mañana Madrid por Barcelona, un día antes de la reunión con las comunidades autónomas. Su sucesora, Carolina Darias (de confirmarse su nombramiento) o quien decida el Presidente del Gobierno, tendrá que marcar un nuevo rumbo de manera inmediata y urgente, escuchándoles a todos.
“Temple” pide Illa a su sucesor con bonhomía. Pero en Madrid ha templado solo el ambiente meteorológico, no así el sanitario. Más UCIs ocupadas, mayor ritmo de contagios e incremento de muertes diariamente.
Temple por tanto sí, pero soluciones urgentes también.