Guerra comercial entre EE.UU. y China, y salida del Reino Unido de la UE. Estos dos asuntos claves llevan condicionando los mercados desde hace meses. Cuando parece que se avanza en su resolución, las amenazas y contraamenzas, y los anuncios y desmentidos los llevan a un punto muerto. La semana pasada, los informaciones que apuntaban a una fase inicial de compromisos entre EE.UU y China levantaron el ánimo de los mercados, aunque la falta de detalles ha ido reduciendo el optimismo. “Está siendo preparado” declaraba ayer el presidente estadounidense refiriéndose al acuerdo parcial, al tiempo que apuntaba que probablemente no firmará ningún acuerdo comercial con China hasta que se reúna con el presidente chino en la cumbre de la APEC que se desarrollará en Chile en noviembre.
Aquí, en Europa, la negociación del Brexit está en su recta final. Esta semana se han redoblado los esfuerzos para que se tuviera un eventual pacto para la cumbre de jefes de Estado de la UE de hoy y mañana. Pero, al mismo tiempo que el primer ministro británico decía en una reunión de legisladores conservadores que la UE y Reino Unido estaban a punto de llegar a un acuerdo, aunque la cima de la montaña aún estaba parcialmente cubierta por nubes, su ministro para el Brexit declaraba que no considerará aceptar un retraso en la salida del país de la UE más allá del 31 de octubre. Mientras, por si acaso, Alemania estudia medidas de emergencia en caso de pánico en los mercados por un Brexit sin acuerdo.