Gabriel Olivares (Burundanga, El Nombre) junto a la Compañía TeatroLab Madrid (Our Town, candidata a los Premios Max 2016 al mejor Espectáculo Revelación) llevaron el verano pasado a la terraza del Galileo 'Cuatro corazones con freno y marcha atrás', que desde finales de año y hasta el 4 de febrero reponen en el Teatro Maravillas.
El espacio ha exigido un cambio en la escenografía, pero Jardiel es Jardiel, aquí, allá o en las antípodas. Su teatro inverosímil se produce esta vez en una casa burguesa, con piscina y todo, que en la nueva adecuación espacial está tras seis sillas situadas en el proscenio, y a la que se accede por la parte posterior, a través de unas escaleras que también dan a la puerta de entrada al casoplón.
En la primera escena, Emiliano ( estupendo Guillermo Sanjuán), un cartero del siglo pasado (inmenso carterón de cuero al hombro), como entonces), lleva siete horas en la casa esperando para entregar una carta certificada. Allí, sin embargo, nadie lo atiende, mientras varias parejas vienen y van, gesticulan, corren, se paran y miran, pero no dicen “ni mú”. Pronto Emiliano descubre que lo que en realidad buscan esas parejas es la herencia de un extravagante tío. Ricardo (Patrick Martino), su sobrino y heredero natural, solo podrá cobrarla al cabo de 60 años. Un drama. Pero el doctor Bremón (David García Palencia), va a dar la vuelta al problema: ha dado con la fórmula del elixir de la eterna juventud.
El doctor, Hortensia -su novia-, Ricardo y Valentina, van a disfrutar, eternamente, de la fortuna del tío. Y no solo ellos, también el cartero Emiliano, quien ha descubierto el secreto y amenaza a las parejas con difundir el hallazgo científico si no le dejan participar del mismo. Los cinco ingieren el jarabe, no envejecen, pero tampoco solucionan sus problemas, sino todo lo contrario. Con la inmortalidad en el horizonte, esos problemas se multiplican y enredan hasta límites impensables, incluso huyendo a una lejana isla, y su existencia llega a convertirse en delirante, hasta el punto de que todos vuelven a desear nuevamente la normalidad, es decir, la vuelta a la mortalidad.
Olivares traslada la acción del XIX, como proponía Jardiel en la comedia original, al XX. Pronuncia ingeniosamente el vaivén de los diez personajes en escena que, con seguir las acotaciones del autor, ya de por sí ingeniosas y delirantes, con cimas de humor casi continuas, son una fórmula segura de la obtención de la sonrisa permanente del espectador. El director añade, sin embargo, frecuentes rupturas de tiempo, y algunos recursos (bailes, movimientos coreográficos a cámara lenta y gestos simultáneos de todo el elenco) que, a nuestro juicio, resultan simplemente innecesarios.
Con todo, la interpretación es ágil, desinhibida y todo el reparto responde a las exigencias de sus personajes respectivos.
Un montaje, en definitiva, divertido y alegre que hará pasar un buen rato con el humor absurdo, surrealista y sorprendente del mejor Jardiel.
'Cuatro corazones con freno y marcha atrás'
Autor: Enrique Jardiel Poncela
Dirección: Gabriel Olivares
Reparto: Guillermo Sanjuán, Patrick Martino, Belén de Santiago/Silvia Acosta, David García Palencia, Chusa Barbero/Ariana Bruguera, Eduard Alejandre, Esperanza de la Vega, Pedro Forero, Asier Iturriaga y Mateo Rubistein
Asistencia de dirección: Venci Kostov
Diseño de luces: Carlos Alzueta
Espacio Sonoro: Ricardo Rey
Escenografía: Marta Guedán
Vestuario: Claudia Pérez
Asesoría de Movimiento: Diana Bernedo/Andrés Acevedo
Asesoría de Voz: Yolanda Ulloa
Fotografía y Vídeo: Nacho Peña
Diseño gráfico: Alberto Valle/Raquel Lobo (Hawork Studio)
Producción ejecutiva: Gaspar Soria
Distribución: Iñaki Díez Una producción de TeatroLAB Madrid, El Reló y SMedia
Teatro Maravillas, Madrid Hasta el 4 de Febrero de 2018
Tráiler en: http://www.teatromaravillas.com/espectaculos/cartelera/4-corazones