Ayer el Departamento de Comercio de EE.UU. publicó la tercera y última estimación del PIB del primer trimestre, que cifró en un 1,4% mejorando en dos décimas el cálculo anterior y que supone el doble del 0,7% estimado inicialmente. Esta mejora estuvo respaldada por la revisión al alza del gasto de los consumidores, que supone dos tercios de la actividad económica, hasta el 1,1% frente al 0,6% estimado anteriormente. Las exportaciones en el primer trimestre también crecieron más de lo estimado, un 7% frente al 5,8% estimado en la previsión anterior. Estados Unidos lleva once años consecutivos con crecimientos anuales del PIB inferiores al 3%. Como referencia, el 1,6% de crecimiento del PIB alcanzado en 2016. El dato de 2016 fue el más bajo desde 2011, y mostraba una desaceleración con respecto al 2,4% y 2,6% de los años 2014 y 2015. El Presidente norteamericano prometió que la economía volverá a crecer de manera sostenida entre el 3% y el 5% bajo su mandato, impulsada por la inversión en infraestructuras y un plan fiscal de reducción de impuestos. El FMI consideró esta misma semana poco realistas las promesas de Trump ante la falta de un plan económico. El FMI cree que el estímulo prometido se ha estancado ante los obstáculos legislativos y por ello revisó a la baja las previsiones de crecimiento a un 2,1% en 2017 y 2018 desde el 2,3 % para 2017 y 2,5 % para 2018 anticipados hace apenas tres meses.