Las declaraciones del presidente del BCE el martes, consideradas por el mercado como un giro hacia un endurecimiento de la política monetaria, han provocado una marcada subida del euro y de la rentabilidad de los bonos, algo que no parece haber gustado en el banco central. Ayer, fuentes cercanas al presidente del BCE declaraban que los mercados interpretaron de forma exagerada sus comentarios respecto a los estímulos monetarios. Según estas fuentes, Draghi intentó – está claro que sin mucho éxito - comunicar que el organismo tendrá tolerancia a un periodo de inflación débil, pero no prepara un ajuste inminente de la política monetaria. Apuntan que el discurso estaba lleno de advertencias que también implican que el BCE todavía está dispuesto a introducir medidas de alivio en la política si las condiciones de financiación se endurecen como resultado de, por ejemplo, un euro más fuerte o mayores rentabilidades en Estados Unidos o Europa, pero añaden, “el mercado no tomó nota de las advertencias”. Que no ha tomado nota pese a estas aclaraciones de interpretación lo demuestra que el euro este cotizando por encima de los 1,14 dólares. Pero el mercado no es el único. En Alemania, origen de las mayores presiones hacia el BCE para que abandone su política ultralaxa, tampoco parecen haber tomado nota. Ayer, el ministro de Economía alemán declaraba en una conferencia de prensa posterior a la aprobación del gobierno de los planes de gasto, que el proyecto presupuestario de Alemania para el 2018 y el programa de gasto gubernamental hasta 2021 incluyen provisiones para el impacto de posibles alzas de los tipos de interés por parte del BCE.