Fútbol son goles o gol y no buenas razones o mucho peloteo sin peligro. La frase retrata lo acontecido en el Vicente Calderón entre un Atlético que pareció guardar fuerzas de cara al derbi del sábado y una Real con buen trato de balón pero excesivamente retórica que no creó peligro. Una gran jugada de pared entre Torres y Filipe Luis decidió, aunque los rojiblancos, al ralentí, malograron algunas ocasiones.
En un primer tiempo que comenzó con demasiadas precauciones por ambas partes, pronto se vio que a la Real no le estorbaba el balón, que por medio de Canales, Xabi Prieto y Granero movían con mayor criterio. Pero los de Eusebio, que no se acercaron a los dominios de Oblak más que en saques de esquina, eran muy retóricos ante un Atlético que parecía esperar su ocasión.
Llegó por partida triple en 5 minutos con dos tiros peligrosos de Griezmann: el primero, en el miuto 20, se escapó por un centímetro; al segundo cinco minutos después, respondió Rulli con una buena parada... y al tercero llegó el gol. Fue en una serie de paredes entre Torres y Filipe Luis, que el brasileño -ya goleador en Málaga el pasado sábado- remató con maestría.
Después, sin nada destacable en ataque por la Real, la tuvieron por partida doble Carrasco y de nuevo Filipe Luis que remataron al muñeco (Rulli). Muy similar fue el desarrollo de la segunda parte, con más posesión realista y tranquilidad rojiblanca sin apuros. Simeone, no obstante, no estaba tranquilo y animó a la hinchada a que apoyara con sus gritos a los suyos.
Fruto de ello fueron los últimos minutos con un Atlético volcado sobre la portería de Rulli, que hizo una enorme parada a bocajarro a Gabi y una salida a tiempo a Carrasco. Si alguien marcaba era, de nuevo, el Atleti mientras la Real ya había entregado la cuchara. Al final justo triunfo rojiblanco que le asegura seguir en la tercera plaza.