Su diseño ha tenido muchas influencias, incluyendo la del vicepresidente de General Motors, que está detrás de su fabricación. De hecho, se trata de un Chevrolet Spark adaptado. Su diseño y fabricación ha llevado, sin embargo, tres años de trabajo.
Aunque la marca sólo ha encargado 20 unidades del DXP a modo de prueba, ha despertado el interés de sus franquiciados, que estarán dispuestos a pagar entre 20.000 y 25.000 dólares para hacerse con uno de ellos. La adaptación del coche corre a cargo de la propia Domino´s Pizza.
Domino`s también está hablando con los concesionarios Chevrolet en mercados locales relevantes para hacerles llegar todos elementos y que puedan hacer las adaptaciones del DXP. Los concesionarios también van a participar en eventos destinados a introducir este particular coche en estos mercados.
El reparto de pizzas representa dos terceras partes del negocio de Dominós (400 millones de unidades en los Estados Unidos anualmente). Sus repartidores recorren 16 millones de kilómetros cada semana.