Siempre he dicho que, más allá de los géneros y más allá de lo comercial o menos comercial de los espectáculos, hay una clasificación mucho más simple y mucho más clara dentro de la cual pueden encuadrarse todos y cada uno de ellos. Son buenos o no lo son. ‘El Principito’, el clásico de Saint-Exupéry, ahora en adaptación del bailarín y coreógrafo José Tirado es, sin duda, de los primeros.
Son innumerables las adaptaciones de este clásico de todos los tiempos que han podido verse en los escenarios madrileños. Aquellas en las que predomine la danza, muchas menos. Y esta es una pieza cuidada, variada, con la duración justa de (unos 60 minutos) y con el atractivo suficiente para que, ni mayores, ni menores, dejen un solo resquicio para el aburrimiento. Delante de mi fila, por ejemplo, fueron juntas cuatro generaciones de espectadores (bisabuela, dos abuelas, padres e hija) que, además, aplaudieron acaloradamente al terminar la representación.
En ella, hay cabida para la danza clásica, contemporánea, la acrobacia y el contact… Lenguajes corporales puestos al servicio de una historia que los mayores y los pequeños han oído o leído alguna vez.
Pero el hilo conductor de la historia vivida a través de la danza es la narración de un actor (José-Ramón Arredondo) que cuenta al espectador el viaje del Principito por los planetas habitados por una Rosa, un Vanidoso, un Borracho, una Mujer de negocios que contaba estrellas, un Farolero. Y en el nuestro, la Tierra, la Serpiente y el Zorro...
Tanto las cuidadísimas proyecciones de vídeo (Jorge Claver, Sergi Duce e Iván Rodríguez), que amplían una minimalista escenografía (Francisco Tirado) con una silla y un pequeño avión…, como la iluminación (José Álvaro Herradón), contribuyen decisivamente al resultado final del montaje.
La historia cuenta como El Principito habita un pequeñísimo asteroide que comparte con una flor y tres volcanes. Sus dificultades para poder comunicarse con la Flor, le animan a abandonar su asteroide para ir en busca de un amigo. En su viaje encuentra a los personajes ya citados anteriormente, que dejan una huella profunda de admiración en el Principito. Su paso por la tierra, sin embargo, no le hace tener una opinión muy favorable de los hombres que la habitan, pero el Zorro le enseña la fórmula infalible para hacer amistad con ellos: “hay que crear lazos, hay que dejarse ‘domesticar’”… “Sólo se ve con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”. El encuentro entre el Principito y el aviador dejará entonces una huella imborrable en las vidas de los dos personajes.
‘El Principito’, de Antoine de Saint Exupéry
Adaptación, coreografía y dirección escénica de José Tirado
Bailarines: José Tirado, Haluk Levent Karatas, Arancha Cesc y Jhonatan Alexander Arias
Música: Daniel García Centeno
Vestuario: Francisca Nevado
Teatro Cofidis Alcázar
Hasta el 31 de octubre