Ridículo es poco. Un señor de 80 años, premio nobel de Literatura y hablando de lo seguros que son sus sentimientos al lado de Isabel. Lo de hablar es un decir, porque hablar, habla ella. Por supuesto, de mencionar que está casado, ni mú. El doble rasero de Hola que nunca nombre los matrimonios gays pero es copartícipe de unos cuernos monumentales.
Preysler no da puntada sin hilo y sabe que esta relación puede traerle muchísimos beneficios. Y no sólo económicos que dinero tiene ya bastante aunque nunca es suficiente. Veremos si la vida es tan generosa como para que se puedan casar antes de que él fallezca.