martes 26 de mayo de 2015, 09:28h
No
hay peor ciego que el que no quiere ver, dice el refrán. Pues eso. El sinuoso Carlos Floriano, primero, el siniestro Rafael Hernando, después, y el propio Mariano Rajoy, finalmente, han insistido
en que el Partido Popular ha ganado las elecciones municipales y autonómicas.
Si
eso es lo que ellos creen, a felicitarles. Y que sea por muchos años.
En
su empecinamiento suicida, el líder del PP anuncia que "no voy a hacer
cambios", ni en el partido, ni en el Gobierno, ni en su política. El mero
enunciado de la frase es toda una definición de principios: "Yo". En el PP no
deciden, pues, los militantes, ni los dirigentes, ni mucho menos los votantes,
sino su líder único, que ya ha anunciado sin paliativos que encabezará las
listas del partido en las próximas elecciones generales.
Su
gran error, entre muchísimos otros, consiste en extrapolar los resultados del
24-M a las elecciones parlamentarias y verse también, en consecuencia, como
ganador.
De
lo que no se ha enterado Rajoy es que el pasado domingo arrasó la intención de
echar al Partido Popular de unas instituciones que ha maltratado y hasta
pervertido. Su común denominador ha sido acabar con el PP; sus formas han sido
tan diversas como partidos contrarios a él se han presentado a las elecciones.
O
sea, que de repetirse esos resultados, el PP irá a la oposición de todas,
todas.
Sólo
por no darse cuenta de esto, ya no merece Rajoy estar al frente del partido.
Así que si no dimite ya, no permite que el partido se regenere y no da paso a
una nueva generación sin hipotecas de corrupción, endogamia política y
fanatismo, puede conducir al Partido Popular hasta a su mismísima desaparición.
Diplomado en la Universidad de Stanford, lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundo de Nueva York.
Entre otros cargos, ha sido director de El Periódico de Barcelona, El Adelanto de Salamanca, y la edición de ABC en la Comunidad Valenciana, así como director general de publicaciones del Grupo Zeta y asesor de varias empresas de comunicación.
En los últimos años, ha alternado sus colaboraciones en prensa, radio y televisión con la literatura, habiendo obtenido varios premios en ambas labores, entre ellos el nacional de periodismo gastronómico Álvaro Cunqueiro (2004), el de Novela Corta Ategua (2005) y el de periodismo social de la Comunidad Valenciana, Convivir (2006).
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