Geoestrategia de la energía: la revolución del fracking
jueves 23 de abril de 2015, 12:33h
Los miles de muertos en el mar cerca de
Italia, están alimentados por la Guerra de E.I en Siria, a la que presta
escaso interés los USA y eso debido al
cambio de liderazgo en la producción de energía. El petróleo ha dejado de
interesar como antes por el shale oil producto del fracking en en USA
especialmente. Según Rosa Massagué en el Periódico: "En los 12 meses que van de
junio del 2013 a mayo del 2014 el precio del barril de petróleo estaba alrededor
de 109 dólares. Al mes siguiente, superó los 114 dólares. Ahora según mis datos actuales, se ha derrumbado hasta situarse ligeramente
por encima de los de los 56 dólares. Esto es una guerra y como todas las
guerras tiene vencedores y vencidos, aunque la batalla definitiva no se adivina
en el horizonte. Lo que sí está claro es quienes, hoy, son los perdedores:
Rusia, Venezuela e Irán. No es
casualidad que los tres países estén enemistados --los dos primeros ahora mucho
más que el tercero-- con EEUU y con Arabia Saudí. Pero tampoco las relaciones
entre estos dos pasan por su mejor momento gracias precisamente al crudo.
La repentina caída del precio tiene dos grandes motivos. Uno
está en las erróneas previsiones. La crisis ha reducido el consumo mientras que
la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha producido más de
lo que necesitaba el mercado. Pero el principal motivo es la aparición del
fracking en EEUU, país donde declinaba la extracción de crudo, causando una
verdadera revolución en los mercados y en España entretanto no hacemos nada
sino discutir con los ecologistas, mientras que los USA cubren ya el 35% de sus
necesidades y van hacia el 100%. EEUU se encamina a la autosuficiencia
energética y además a ser un exportador neto. Sin embargo, la técnica del
fracking es cara. Bajando los precios del petróleo Arabia Saudí, que ha visto
como el amigo americano le amenazaba en su terreno, ha conseguido que el crudo
no convencional estadounidense no sea rentable. The Economist ilustraba esta
guerra con un duelo al estilo far west entre un jeque y un petrolero yanqui que
se desafiaban con pistolas de un poste de carburante. Esta guerra entre países
amigos puede acabar en acuerdo. Esta bajada del precio del petróleo, ha hecho
que ya no sea tan rentable el fracking, por lo que se podría decir que se está
restableciendo el equilibrio, aunque lo que si es seguro es que el Oriente
Medio ha dejado de ser el foco de dirección de la geoestrategia mundial.
Sin embargo, además de la revolución del fracking y de la
sed insaciable de China, que es ya el mayor consumidor de energía del mundo,
hay otros factores que dibujan un nuevo orden mundial de la energía. Moisés
Naím, un atento observador de los cambios que se dibujan en el horizonte, cita
la aparición de nuevos productores de hidrocarburos en América y en África.
Además de EEUU, Canadá, Brasil, México o Colombia aparecerán con fuerza en el
mapa energético sin olvidar que en Venezuela hay grandes reservas de petróleo
pesado. En cuanto a África, nuevos países productores de petróleo se sumarán a
los clásicos como Nigeria, Libia o Argelia, o a los más recientes como Guinea
Ecuatorial.Otro factor que dibujará el futuro mapa es la multiplicación de
nuevas compañías que desbancarán a la OPEP como árbitro de los precios y de la
producción, de la misma forma que esta organización había acabado con el papel
de cartel detentado en su día por las Siete Hermanas, las grandes compañías de
los años 50 y primeros 60. En este terreno, también jugará un papel predominante
la expansión de las grandes empresas chinas.
Los efectos de
esta guerra son evidentes en Rusia. La caída del precio del petróleo sumada a
las sanciones occidentales por su apropiación de Crimea y su intervención en el
este de Ucrania, están golpeando a Moscú de manera tan contundente que su
presidente, Vladimir Putin, ha tenido que asumir un humillante revés
estratégico al renunciar al gigantesco proyecto de gasoducto (50.000 millones
de dólares) concebido para evitar el paso del gas ruso precisamente por Ucrania
y dirigirlo por debajo del mar Negro hasta Bulgaria y el resto de Europa. Putin
no es uno al que le guste reconocer públicamente sus debilidades y le faltó
tiempo para anunciar solemnemente que nadie (léase EEUU) «logrará una
superioridad militar a costa de Rusia».
En Venezuela, la suma de bajos precios del petróleo y la
tecnología obsoleta para tratarlo han obligado por primera vez a importar crudo
liviano de Argelia y Rusia para mezclarlo con el pesado de sus yacimientos,
poniendo en cuestión su soberanía energética sobre la que primero Hugo Chávez y
después Nicolás Maduro construyeron su poder.
La gran pregunta que esta guerra y revolución plantean es la de si
Oriente Próximo, que históricamente ha sido el lugar donde el petróleo ha marcado
la geoestrategia mundial, cederá este puesto. El interés de EEUU será menor,
sin duda, pero ello no significa que Washington vaya a retirarse ni que la zona
gane en estabilidad, al menos a corto plazo dice Rosa. Con lo que no estoy en
absoluto de acuerdo, pues la única razón para mantener el interés es la
existencia precaria del Estado de Israel. Bien es verdad que la guerra de Siria y la aparición del Estado
Islámico no permiten un repliegue occidental, aunque tampoco está claro hasta
qué punto hay despliegue. En medio de
toda esta crisis, la figura del mandatario estadounidense resulta troncal. El
mundo árabe ardió con toda su primavera, entre otras razones, por el célebre
discurso que Barack Obama pronunció el 4 de junio de 2009 en la Universidad Al
Azhar de El Cairo. Después, cuando el mundo le pedía que interviniera en Siria
contra el dictador Bachar el Asad, que utilizó armas químicas contra su
población, se negó, lo que unido a la retirada total del Ejército
estadounidense de Irak dio una fuerza insospechada al Estado Islámico (EI).Y
finalmente, en medio de todo ese proceso, Obama se pone a negociar con Irán, al
mismo tiempo que se pelea con el primer ministro israelí, Bibi Netanyahu. La
política estadounidense pareciera ser apoyar por las mañanas a Siria y a Irán y
por las noches luchar contra Teherán para defender a Arabia Saudí. El mundo
árabe y el islam nunca hubieran llegado hasta aquí sin lo que implica Estados
Unidos, es decir, sin Afganistán y sin el 11-S. Esto ha producido decenas de
miles de refugiados que intentan llegar a Europa en barcos controlados por
mafias, viejos cascarones con tendencia hundirse a las primeras de cambio.
Grandes productores como Arabia Saudí e Irán han utilizado
el petróleo y los beneficios millonarios derivados como una forma de ejercer su
influencia en la región. La contribución de Riad al Egipto de Al Sisi es
enorme, mientras que la de Teherán al régimen sirio de Asad también lo es.
Ahora las condiciones podrán cambiar, pero ni Arabia Saudí ni Irán renunciarán
a ejercer su influencia competitiva en la zona.
En este nuevo
orden mundial que se está dibujando, Europa aparece atrapada por una pinza, sin
poder competir con EEUU por el precio de la energía, ni con Asia por el de la
mano de obra. Ni que decir de España que no pinta absolutamente nada.
En el 2012 el
consumo mundial de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) era del 81,7%
del total. Las energías renovables han avanzado mucho en los últimos años, pero
las previsiones indican que su crecimiento será lento y que en el 2035, el
consumo de combustibles fósiles se habrá reducido solo hasta el 72%. Las
alternativas futuristas como el grafeno o la fusión nuclear están todavía por
demostrar.
BERNARDO RABASSA ASENJO
PRESIDENTE DE COFIFARM IBÉRICA Y DE LA UTE
CEBR-MULTIMÉDICA-QINDICE PRESIDENTE DE CLUBS Y FUNDACIONES LIBERALES. MIEMBRO
ASOCIADO DE ALIANZA LIBERAL EUROPEA (ALDE), PREMIO 1812. PREMIO CIUDADANO
EUROPEO 2013 DE FORO EUROPA 2001
Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.
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