Dos bodas y un funeral con padrinos de lujo
sábado 28 de marzo de 2015, 14:40h
Llaman a esponsales desde Izquierda Unida hacia Podemos y otro tanto
hacen desde UPyD hacia Ciudadanos. Hay mucho casamentero suelto que no
quiere perderse el convite de las elecciones de mayo. Novias despechadas
y novios desganados que se dejan querer en la distancia. Puede que se
celebren dos bodas multitudinarias (como las que celebraba la secta del
coreano Moon hace unos años) antes de los comicios en los que se va a
decidir, de verdad, el auténtico poder territorial en España: las de los
seguidores de Pablo Iglesias y de Alberto Garzón en cientos o miles de
municipios e incluso autonomías; y las de los militantes que han
descubierto su futuro junto a Albert Rivera con los que dudan de ese
mismo futuro si Rosa Díez sigue dirigiendo UPyD. Y puede que en ese
mismo espacio de tiempo se consume el divorcio entre la Convergencia de
Artur Mas y la Unió de Josep Antoni Duran i Lleida, en este caso por la
existencia de un tercero que ha terminado por romper ese viejo "
matrimonio" como es Oriol Junqueras y su Esquerra Republicana.
Los dos padrinos de tanta festividad mantienen posiciones enfrentadas
pero intereses comunes y priman más los segundos que las primeras. A
Pedro Sánchez y Mariano Rajoy les "asusta" el crecimiento de Podemos y
de Ciudadanos, pero les infunde mayor temor que la catarsis social
alcance a la esencia misma de la política española desde el año 1977, al
pacto no escrito que llevó a las normas electorales, a la ley D'Hont, y
a la puesta al día de los viejos pactos de la Restauración Borbónica
entre Cánovas y Sagasta: bipartidismo alternativo en la gobernanza de
los asuntos públicos.
Si Podemos se consolida en la izquierda y sustituye en ese papel al PCE
del regreso del exilio de Santiago Carrillo y, posteriormente, a la IU
de Julio Anguita y Cayo Lara; y Ciudadanos se convierte en lo que quiso
ser UPyD y no ha podido y lo que quiso ser aún de peor manera y con
muchos peores resultados el Partido Reformista de Antonio Garrigues,
Florentino Pérez y Miguel Roca, todo seguirá igual, con nuevos nombres
pero sin tocar el centro del problema, la necesidad de cambios en el
acceso de la sociedad al poder político desde una auténtica democracia
de base. Y, por supuesto, sin los privilegios de lo que gozan los
partidos y sus dirigentes.
España, así, no repetiría lo sucedido en Italia con la caída y
desaparición de la Democracia Cristiana, del Partido Socialista y del
Partido Comunista, y la llegada al poder de un Silvio Berlusconi; y
tampoco repetiría lo que ha sucedido en Grecia con la ascensión y
triunfo de la Syriza de Tsipras, el ejemplo en el que se miran Podemos e
Iglesias. Diferente una vez más dentro de Europa, nuestro país
mantendría una vieja estabilidad en torno a la Corona que tranquilizaría
al resto de países, aliviados a su vez de las presiones que viven
dentro de sus fronteras por los mismos deseos de sus ciudadanos.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
36175 | Rosa Paredes - 28/03/2015 @ 18:53:46 (GMT+1)
Sr. Heras, alucinada me he quedado viendo la larga lista que enumera en su interesante artículo. Se me ocurre una idea. ¿por qué no meterlos a todos en el Arca de Noé? El problema es que cada cual habla en un idioma distinto haciéndonos valer su palabra y, por tanto, va a ser muy difícil entender el significado de la misma. En realidad todo lo que colea alrededor de nuestras vidas en el plano político, es un aburrimiento total y siempre más de lo mismo, pero resolver no se resuelve nada de nada. El gobierno que nos ha tocado en la rifa de la tómbola, mencionan con frecuencia la palabra transparencia, pero yo lo que veo es que esas transparencias de las que hablan estos señores, son opacas y no dejan ver lo que hay detrás.
¡Hoy tengo el día de tango ! Cuando ello acontece, me traslado a la sala de proyección de mi barrio provista de cucurucho de palomitas y ya en el lugar, me introduzco en un mundo nuevo y me olvido del ingrato que espera fuera. Lo malo es que lo bueno se acaba y cuando se encienden las luces tienes que volver a enfrentarte a la cruda realidad de la vida. Son muchos los personajes en mis lecturas infantiles con los que me he quedado. Entre todos ellos, destacaría a uno en concreto: el amigo Pinocho.
Este sí que no se salvaba de la mentira y cuando mentía como un bellaco a su querido Geppetto, le crecía la nariz. El verlo titubeando ante su progenitor, hacía brotar la tierna lágrima de la niña que peinaba trenzas. Ahora y ante las mentiras que escucho de otros Pinochos que nos rodean en todos los ámbitos de la vida, me invade la congoja más profunda.
Atrás se han quedado los Carnavales con sus confetis y serpentinas. Seguramente muchas de las caretas que cubrían las caras de las mascaritas, siguen puestas. ¡En fin, mañana será otro día! Mientras tanto vamos a intentar vivir lo que queda del día de hoy, lo mejor que se pueda. ¿no les parece?
Saludos
http://rosaparedes-rosa.blogspot.com
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