El alcalde de Barcelona homenajea a García Márquez sólo para lograr un reconocimiento de la Unesco
viernes 20 de marzo de 2015, 12:05h
El pasado lunes por la tarde, el Ayuntamiento de Barcelona convocó a un
pequeño grupo de escritores e intelectuales para que presenciaran la concesión
de la Medalla de Oro de la Ciudad al premio Nobel de literatura Gabriel García
Márquez. Algunos de los invitados no podían ocultar su extrañeza: "¡que
raro que el alcalde se acuerde de un escritor en castellano!", se decían.
Que Barcelona recuerde a "Gabo" no debería ser algo
extraordinario, puesto que el escritor vivió en la capital catalana durante
varios años. Pero hace ya casi un año que murió y, hasta ahora, el alcalde de
la ciudad, Xavier Trias, no se había acordado de él.
De hecho, Trias ha puesto en marcha una política que trata de excluir todo
lo relacionado con el español de la vida pública barcelonesa. Es una medida
encaminada a potenciar el sentimiento independentista en la ciudad y que se
traduce en iniciativas como la creación de la Casa Verdaguer de la Literatura.
Este proyecto consiste en la creación de un centro literario en el que sólo
tendrán cabida los escritores en catalán, con la excepción de Miguel de
Cervantes, que sí ha sido incluido, pero en calidad de clásico universal, es
decir, como autor extranjero. La Casa Verdaguer de la Literatura se ubicará en
la Vila Juana de Vallvidrera, cuya remodelación ha supuesto un inversión de
cinco millones de euros.
Si ésta es la política de Trias, ¿por qué homenajea ahora a García Márquez,
que, por cierto, no tiene cabida en la Casa Verdaguer? Uno de los asistentes al
homenaje, escritor cercano al Gobierno municipal, desveló está incógnita. El
Ayuntamiento de Barcelona ha presentado una candidatura para obtener el
reconocimiento de la Unesco como Ciudad Literaria, un título que hoy por hoy
sólo tiene una capital española, Granada.
Barcelona quiere sumarse a la red de ciudades reconocidas como literarias,
pues eso puede proporcionarle prestigio y atraer nuevos eventos literarios. La
capital catalana tiene potencial para seducir a la Unesco con su propuesta, ya
que goza de un sector editorial muy potente y de algunos encuentros literarios,
como la Semana Negra, de gran repercusión.
No obstante, Trias es consciente de que con su política reduccionista puede
perjudicar la candidatura barcelonesa. Verdaguer o Maragall son grandes poetas,
pero Barcelona es también la ciudad que visitaron el Quijote y Sancho, en la
que vivieron García Márquez y Vargas Llosa, de la que escribieron Juan Marsé y
Eduardo Mendoza.
Consciente de que sin esas firmas, la Unesco no reconocerá a Barcelona como
Ciudad Literaria, Trias ha consentido en homenajear a García Márquez, pese a
ser un escritor en lengua castellana. Quizá en un futuro próximo, hará otros
gestos a favor de la literatura en castellano, aunque es improbable que se
decida a reconocer a Vargas Llosa, que también es premio Nobel y también vivió
en Barcelona, pero que se ha convertido en algo así como la bestia negra del independentismo
por su claro posicionamiento contra los nacionalismos.