La Ley D´Hont amenaza a IU y UPyD
domingo 15 de marzo de 2015, 12:04h
Lo veremos en Andalucía el próximo domingo y explosionar con toda su
intensidad en las municipales y autonómicas del 24 de mayo: el efecto
D'Hont. La Ley que establece el reparto de escaños a los partidos
políticos tras el recuento de votos emitidos en las urnas favorece
claramente a los más votados y castiga a aquellos que no han superado el
5% y que ven como sus "papeletas" se pierden en las orillas del camino
hacia el poder. En esa tesitura están Izquierda Unida y UPyD.
Autonomía a autonomía, municipio a municipio los partidos no sólo luchan
por los votos, también lo hacen por los porcentajes y aquí entran en
juego tanto las abstenciones como los votos en blanco. Estos últimos
suman en los datos de participación y de credibilidad en el sistema,
mientras que las primeras hablan del desencanto y el cansancio de los
ciudadanos. Estamos en la base de la democracia, de la credibilidad del
sistema y de su futuro: a mayor abstención, mayor necesidad de cambio de
las reglas del juego. Con el crecimiento de los votos en blanco los
ciudadanos que participan en las urnas señalan a los contendientes que
ninguno de ellos les gusta, que no cuentan con su apoyo.
En nuestro sistema electoral, no elegimos ni a presidentes, ni a al
alcaldes o alcaldesas, elegimos a " compromisarios" que buscarán en los "
parlamentos" correspondientes las mayorías necesarias para formar
gobierno. Y es ahí donde el efecto D'Hont comienza a operar contra los
pequeños, empezando por aquellos que consiguen miles de votos pero no
alcanzan los mínimos necesarios para obtener representación. Y ahí
radica en la España en la que vivimos el gran peligro para las actuales
IU y UPyD, las formaciones de Cayo Lara - Alberto Garzón y Rosa Díez: si
no consiguen ese mínimo del 5% todos sus votos, que a buen seguro serán
miles, no les servirán para nada; mientras que los llamados "restos",
el reparto de los últimos escaños y concejales, serán para las
formaciones que más votos hayan recibido. Por eso es tan importante la
concentración del voto y por eso es difícil de explicar la cerrazón de
Rosa Díez para no pactar o buscar acuerdos con Albert Rivera y sus
Ciudadanos.
El primer gran beneficiado de ese posible descalabro de UPyD e IU va a
ser el Partido Popular, que se presenta de cara al 24 de mayo como la
primera formación en votos pero sin las mayorías parlamentarias y
municipales de las que goza en la actualidad. A continuación las otras
tres siglas que si van a sobrepasar el " maldito " 5% en toda España,
desde el PSOE a Podemos pasando por Ciudadanos. Ser el primero puede
darte un representante más a cambio de muy pocos votos, puede en algunos
casos que no lleguen a las tres cifras.
Esta característica hace que a nivel autonómico sean tan importantes las
circunscripciones electorales, sobre todo en aquellas regiones que no
son uniprovinciales, para empezar Andalucia. Susana Díaz se presenta
como clara ganadora a nivel autonómico, pero su victoria y sus
necesarios pactos para gobernar tendrán que tener en cuenta los
resultados provincia a provincia ya que es en ellas donde se eligen los
que se sentarán en el Parlamento andaluz, y puede que algunos escaños "
se escapen" por los famosos porcentajes de restos del sistema D'Hont.
Los mismo ocurrirá a finales de mayo, de ahí que las " derrotas" de
Izquierda Unida y de UPyD vayan a ser tan importantes en las trece
Autonomías que van a elegir a sus nuevos Parlamentos; y que sumadas a la
participación territorial y los votos en blanco y nulos permitan formar
gobierno a unos y otros, sean cuales sean las alianzas que establezcan
ese cuarteto que parece va a caracterizar nuestra vida política durante
los próximos meses y tal vez años.
Conviene recordar que esa " maldición" de los porcentajes por
circunscripción territorial ha perseguido siempre primero al PCE y luego
a Izquierda Unida que veía como la totalidad de los votos que conseguía
a nivel nacional, y que le proporcionaba hasta 20 escaños,
representaban en el Congreso los mismos de CiU, con menos de la mitad de
apoyos ciudadanos pero, eso sí, concentrados en las 4 provincias
catalanas.
Sin ninguna duda es hora de que cambien muchas cosas en la política
española, y que una de ellas sea permitir a los ciudadanos que elijamos a
nuestros alcaldes de forma directa y por cuatro años, que exista una
forma directa de democracia y de responsabilidad por un periodo
establece de tiempo y que nuestros votos no sean utilizados para algo
muy distinto por lo que fueron emitidos. Esta es otra se esas historias
urgentes que se van dejando siempre para el futuro y que, a lo mejor,
encuentran repuesta legal en 2016 con un nuevo Congreso y un nuevo
Senado elaborando leyes.